El papa Francisco ha escrito un mensaje para la Cuaresma de este año en el que comenta un texto de san Pablo: «Conocéis la gracia de nuestro Señor Jesucristo, que, siendo rico, se hizo pobre por vosotros para enriqueceros con su pobreza» (2Cor 8, 9).
San Juan de la Cruz dice que el amor une e iguala al amante con la persona amada. Este es el motivo de la encarnación, que el Hijo de Dios nos ha amado hasta el punto que ha querido igualarse a nosotros y convertirse en nuestro servidor para enamorarnos, para unirnos consigo y hacernos partícipes de su vida.
El papa dice lo mismo con palabras parecidas: «Cristo, el Hijo eterno de Dios, igual al Padre en poder y gloria, se hizo pobre; descendió en medio de nosotros, se acercó a cada uno de nosotros; se desnudó, se “vació”, para ser en todo semejante a nosotros (cfr. Flp 2,7; Heb 4,15). ¡Qué gran misterio la encarnación de Dios! La razón de todo esto es el amor divino, un amor que es gracia, generosidad, deseo de proximidad, y que no duda en darse y sacrificarse por las criaturas a las que ama. La caridad, el amor es compartir en todo la suerte del amado. El amor nos hace semejantes, crea igualdad, derriba los muros y las distancias».
Quien quiera leer el mensaje completo del papa puede hacerlo aquí.
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