Reflexiones diarias sobre argumentos de espiritualidad y vida carmelitana, con incursiones en el mundo del arte y de la cultura
En la primera lectura de hoy, el profeta Isaías nos dice de parte de Dios: «Apartad de mi vista vuestras malas acciones, dejad de hacer el mal, aprended a hacer el bien. Buscad la justicia, socorred al oprimido, proteged el derecho del huérfano, defended a la viuda. Venid entonces, y discutiremos. Aunque vuestros pecados sean como escarlata, quedarán blancos como nieve; aunque sean rojos como la púrpura, quedarán como lana» (Is 1,16ss).
Oh Cruz de Cristo, símbolo del amor divino y de la injusticia humana, icono del supremo sacrificio por amor y del extremo egoísmo por necedad, instrumento de muerte y vía de resurrección, signo de la obediencia y emblema de la traición, patíbulo de la persecución y estandarte de la victoria.
El segundo domingo de Cuaresma se lee el evangelio de la transfiguración del Señor. Les propongo las oraciones de la misa del día:
Jesús, en el evangelio nos enseña a dar el justo valor a los bienes del mundo y nos enseña: «¿De qué le sirve a uno ganar el mundo entero si al final pierde su alma?» (Lc 9,25).
Del 11 al 17 de agosto de 2018 tendré una tanda de ejercicios espirituales abiertos a todos en el Desierto de las Palmas, histórico monasterio carmelitano situado en un paraje natural de singular belleza en el término municipal de Benicasim, provincia de Castellón, cerca de Valencia.
El evangelio recoge esta enseñanza de Jesús: «Escuchad y entended todos: nada que entre de fuera puede hacer al hombre impuro; lo que sale de dentro es lo que hace impuro al hombre» (Mc 7,14).
Hace algunos días les hablé de la venerable hermana Felicia de Jesús Sacramentado, conocida en Paraguay con el nombre familiar de Chiquitunga. Pueden consultar la entrada aquí:
