Cuando los demás árboles parecen muertos, el almendro se adelanta para anunciar que pronto llegará una nueva primavera, que la vida volverá a triunfar. Por eso, el almendro es imagen de Dios, que puede sacar vida incluso de la muerte y que vigila siempre para cuidar de sus hijos.
Cuando Dios pregunta a Jeremías: “¿Qué ves?”, él responde: “Veo un almendro florecido” y Dios le contesta: “Dices bien, porque yo velo para que se cumplan mis promesas” (Jer 1,11-12).
Cuando Dios pregunta a Jeremías: “¿Qué ves?”, él responde: “Veo un almendro florecido” y Dios le contesta: “Dices bien, porque yo velo para que se cumplan mis promesas” (Jer 1,11-12).
Los almendros en flor son una llamada a desperezar la fe y la esperanza, ya que Dios realiza su proyecto en el momento oportuno y sabe sacar bienes de los males. Él no se olvida de nosotros. ¡No nos olvidemos nosotros de él!
El himno de la liturgia de las horas que recoge el vídeo, con letra del padre José Luis Blanco Vega, s.j. (+2005) y música de las hermanas misioneras de Cristo resucitado, dice:
El himno de la liturgia de las horas que recoge el vídeo, con letra del padre José Luis Blanco Vega, s.j. (+2005) y música de las hermanas misioneras de Cristo resucitado, dice:
Dios como un almendro
con la flor despierta;
Dios que nunca duerme
busca quien no duerma,
y entre las diez vírgenes
solo hay cinco en vela.
Gallos vigilantes
que la noche alertan.
Quien negó tres veces
otras tres confiesa,
y pregona el llanto
lo que el miedo niega.
Muerto le bajaban
a la tumba nueva.
Nunca tan adentro
tuvo al sol la tierra.
Daba el monte gritos,
piedra contra piedra.
Vi los cielos nuevos
y la tierra nueva.
Cristo entre los vivos,
y la muerte muerta.
Dios en las criaturas,
¡y eran todas buenas!
Si el vídeo no se abre en la entrada, pueden encontrarlo en esta dirección:
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