Reflexiones diarias sobre argumentos de espiritualidad y vida carmelitana, con incursiones en el mundo del arte y de la cultura

sábado, 26 de enero de 2019

Inicio de la actividad pública de Jesús


Cada año leemos un evangelio en las misas de los domingos. Este año toca san Lucas. Es verdad que algunos días (como en Navidad, Epifanía o el domingo pasado) tomamos la lectura de otro evangelista, pero normalmente durante todo este año las lecturas del evangelio del domingo se toman de san Lucas. He presentado los contenidos y las peculiaridades de este evangelio en esta entrada:

- El evangelio según san Lucas comienza en Jerusalén, donde se encuentra el sacerdote Zacarías. En el relato se unen el templo, el sacerdocio, las promesas, la capital del reino de David... todas las instituciones del Antiguo Testamento. Contra lo que cabría esperar, Zacarías (el viejo Israel, que tiene todo de su parte), no cree. Desde allí se desplaza a la Galilea de los gentiles, a una mujer joven (que parece tenerlo todo en contra), que sí cree. El Evangelio termina en Jerusalén, donde Jesús ha sido rechazado por los judíos y donde Jesús ordena a sus discípulos que se extiendan por todo el mundo anunciando la Buena Noticia.

En Navidad celebramos el misterio de la encarnación del Señor: el Hijo de Dios se hizo carne en el vientre de María, se hizo niño débil, necesitado de cuidados, que creció «en edad en sabiduría y en gracia».

Con su bautismo en el río Jordán dio inicio a su vida pública. Se metió en la fila de los pecadores, asumiendo nuestras debilidades y sufrimientos.

La semana pasada escuchamos que su primer milagro fue el «signo» de las bodas de Caná, ya que Jesús es el esposo anunciado por los profetas, que viene a revelar el amor de Dios hasta las últimas consecuencias.

Este domingo se lee la primera predicación de Jesús en Nazaret, donde -después de proclamar un texto del profeta Isaías- afirma que viene para cumplir esas promesas, dando inicio al tiempo de la salvación y de la misericordia.

He comentado el evangelio de este domingo en otras entradas, que pueden consultar haciendo un click sobre los títulos:

- Jesús es la fuente del Espíritu Santo. Dice el evangelio de hoy que Jesús, después de su bautismo en el Jordán y de superar las tentaciones en el desierto, «volvió a Galilea con la fuerza del Espíritu, y su fama se extendió por toda la comarca. Enseñaba en las sinagogas y todos lo alababan» (Lc 4,14-15). San Lucas subraya que Jesús inicia su actividad pública predicando «con la fuerza del Espíritu». Dejemos que el Espíritu de Dios actúe en nosotros, como hizo Jesús durante su vida mortal, ya que «los que se dejan guiar por el Espíritu de Dios, esos son hijos de Dios» (Rom 8,14).

Hoy se ha cumplido esta Escritura. La lectura del evangelio de hoy recoge el prólogo y el inicio de la actividad pública de Jesús en Galilea: «Fue a Nazaret y entró en la sinagoga. Le entregaron el rollo del profeta Isaías y leyó el pasaje donde estaba escrito: "El Espíritu del Señor está sobre mí"». Después de leerlo, afirma que las promesas de los profetas se cumplen en su persona, que él viene para dar cumplimiento a las esperanzas de Israel. ¿Cuáles son esas promesas?, ¿en qué consiste su misión? Lo dice el texto: Jesús ha venido «para evangelizar a los pobres, proclamar a los cautivos la libertad, y a los ciegos, la vista; para poner en libertad a los oprimidos; para proclamar el año de gracia del Señor».

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