Reflexiones diarias sobre argumentos de espiritualidad y vida carmelitana, con incursiones en el mundo del arte y de la cultura

miércoles, 15 de enero de 2025

El reloj del palacio del comendador del hospital del Espíritu Santo en Roma


El palacio del comendador del hospital del Espíritu Santo en Roma es un edificio del siglo XVI que se encuentra muy cerca del Vaticano, en el llamado "Borgo Santo Spirito". Además de importantes salones con frescos y muebles antiguos, conserva la antigua botica del hospital y un museo histórico de arte sanitaria. Pero lo que a mí me interesa señalar hoy es su reloj solar, situado en el claustro, que es absolutamente singular y casi único en la ciudad de Roma. (Se conservan otros, como veremos, pero o no están en uso o han sido readaptados a la manera moderna de contar las horas).

Para empezar, la esfera (protegida por un capello cardenalicio) no tiene 12 ni 24 horas, sino solo 6, siguiendo la antigua manera de contar romana, en la que la hora "prima" era al salir el sol, "tercia" a media mañana, "sexta" al mediodía, "nona" a media tarde y "duodécima" al anochecer, de manera que había 6 horas por la mañana y otras 6 por la tarde. Igualmente, había otros dos conjuntos de seis horas desde el anochecer hasta el amanecer.

Los minutos de cada hora romana variaban con las estaciones. En verano podían duran 90 o 100 minutos y en invierno podían durar solo 30. Pero siempre había 6 horas desde el amanecer hasta el mediodía y otras 6 desde el mediodía hasta el anochecer.

Antiguamente, todos los relojes de la ciudad y de gran parte de Italia eran así, pero con la invasión napoleónica se impuso la manera de contar el tiempo "a la francesa", que terminó imponiéndose también en el resto de Europa.

En el caso del reloj del hospital romano, la esfera está totalmente rodeada por una serpiente que se muerde la cola, símbolo del tiempo que transcurre siempre igual, sin principio ni fin. Como la serpiente cambia periódicamente la piel, se pensaba que renacía, dejando atrás lo viejo y volviendo a empezar una nueva etapa.

Las manillas del reloj son un lagarto, lagartija o salamandra. No importa, ya que, para los romanos, todos ellos tenían un significado positivo. Se pensaba que al tener la sangre fría, que se calienta al sol, no estaban sujetos a las pasiones. Además, se pensaba que apagaban los fuegos malos, pero no se quemaban en los fuegos buenos. Por eso, su presencia en pinturas y esculturas antiguas se interpretaba como una invitación a huir de los vicios y a reflexionar sobre los errores pasados para emprender un camino virtuoso.

De ello habla Leonardo da Vinci, por ejemplo, que dice: «El lagarto, fiel al hombre, cuando este duerme, combate contra la serpiente. Si ve que no puede vencerla, se sube sobre la cara del hombre para despertarlo y que la serpiente no pueda morderlo». Por eso, aparecen en pinturas y esculturas antiguas, siempre con significado positivo.

Recordemos que en los museos vaticanos se conserva un famoso Apolo "Sauróctono", apoyado sobre un árbol por el que trepa un lagarto, copia romana en mármol de un original en bronce realizado por Praxíteles en el siglo IV a. C. En el Louvre hay otra copia, que antiguamente también estaba en Roma, en la Villa Borghese.

Podemos recordar el retrato de caballero, pintado por Lorenzo Lotto (1480 - 1556), en el que la lagartija ha revuelto sobre la mesa unos pétalos de rosa, unas cartas de amor, un collar de oro y un paño de seda azul. Todo para que el joven de mirada melancólica olvide sus amoríos y se centre en el estudio del libro voluminoso que tiene entre las manos. Hay quienes interpretan que el joven dejó todos los entretenimientos mundanos para hacerse sacerdote y este retrato recoge simbólicamente el proceso interior.

También podemos recordar el cuadro de Caravaggio (1571-1610) titulado «joven mordido por lagartija», con un significado parecido al anterior, pero con una representación mucho más dramática. El joven estaba recogiendo frutas y flores de la mesa, entregado a los placeres sensuales. La lagartija le muerde el dedo para que comprenda que está echándose a perder. El genio de Caravaggio representa la mitad del rostro totalmente sensual y la otra mitad con una expresión de horror, como si hubiera sufrido una descarga eléctrica, representando el momento en el que toma conciencia de su extravío y determina cambiar de vida.

Esfera del antiguo reloj de "Santa María in Montesanto", en piazza del Popolo de Roma.

Reloj del patio interior del Palazzo Rondinini, en Vía del Corso, 518.

Esfera del antiguo reloj de la iglesia de Sant’Andrea delle Fratte, cerca de plaza España.

Reloj del antiguo "Colegio Romano", fundado por san Ignacio de Loyola, antepasado de la universidad Gregoriana. Este era el reloj de referencia para todos los de Roma, que se ajustaban cuando en este sonaban las campanas, que se repetían un minuto después para evitar equivocaciones. El edificio, hoy es la sede de un instituto de enseñanza secundaria.

Hay otro reloj de 6 horas en el tímpano de la fachada de la iglesia de Santa María dell’Orto, en el Trastévere.

También es un reloj de 6 horas el del palacio del Quirinale, antigua sede del poder político de los papas y actual sede del palacio de presidencia de la república italiana.

En el patio interior del "Columbus Hotel", en la Vía della Conciliazione, 33, se conserva una esfera "meridiana", sin maquinaria, sino solo marcando las horas con la sombra del gnomo.

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