Reflexiones diarias sobre argumentos de espiritualidad y vida carmelitana, con incursiones en el mundo del arte y de la cultura

sábado, 22 de febrero de 2025

La cátedra de san Pedro

El 22 de febrero es la fiesta de la cátedra de san Pedro. La "cátedra" es la silla donde se sienta el obispo para enseñar. De ahí viene la palabra "catedral", que es el edificio donde se conserva la "cátedra". Al celebrar la fiesta de la cátedra de san Pedro, recordamos que él fue elegido por Cristo para confirmar a sus hermanos en la fe y ser vínculo de unión entre los creyentes.

Al entrar en la basílica de san Pedro en el Vaticano, llama la atención el precioso baldaquino de bronce sobre el altar mayor, realizado por Bernini entre 1624 y 1632, debajo de la cúpula diseñada por Miguel Ángel en el siglo anterior. Ha sido restaurado recientemente, para las celebraciones del jubileo.

Detalle de una de las columnas del baldaquino, con la cúpula de fondo.

Detrás del baldaquino, en el presbiterio de la basílica, hay un impresionante "altar de la cátedra", realizado también por Bernini entre 1656 y 1666.

Representa a los cuatro grandes Padres de la Iglesia. Dos orientales: san Atanasio y san Juan Crisóstomo y dos occidentales: san Agustín y san Ambrosio, que están sujetando una gran silla.

Sobre la silla de bronce se representan la tiara y las llaves, que tradicionalmente han representado el poder pontificio. En el respaldo de la misma se encuentra un relieve de Cristo resucitado, que entrega las llaves a Pedro. Con la otra mano señala unas ovejas, mientras dice al apóstol: "apacienta a mis ovejas".

Detrás hay una vidriera, en cuyo centro se representa al Espíritu Santo. A su alrededor se extienden numerosos ángeles y rayos. Indica que el Espíritu Santo ilumina al papa cuando enseña en nombre de Cristo. Antiguamente, sobre esa vidriera se colocaban los retratos de los santos en el día de su canonización.

Dentro del sillón de bronce se conserva una silla de madera decorada con relieves de marfil. Antiguamente se pensaba que era la silla sobre la que se sentaba san Pedro. Hoy se sabe que es un antiguo trono del siglo IX (aunque algunos estudiosos piensan que las placas de marfil son de época imperial, posteriormente reutilizadas). Ha sido restaurada y expuesta con motivo de la restauración del baldaquino y del altar de la cátedra.


Esta es una copia - reconstrucción de la silla, que se conserva en el museo de la sacristía de la basílica vaticana.

Para la fiesta de la cátedra de san Pedro, en Roma tienen la costumbre de vestir la imagen del "príncipe de los apóstoles" con suntuosos vestidos y de decorar el altar de la cátedra con numerosas velas.

Recuerdo que un año participé en el rezo de vísperas un 22 de febrero. Al terminar, unos trabajadores del Vaticano se encaramaron sobre las imágenes para retirar las velas. Los hombres caminaban por encima de las cabezas de las estatuas como si fueran hormigas. Solo entonces tomé conciencia de lo enormes que son.

Viendo cómo visten a san Pedro, me acordé del famoso poema de Rafael Alberti que comienza así: "Di, Jesucristo, ¿por qué me besan tanto los pies?". Pueden leerlo en esta entrada, acompañado por fotos y explicaciones:
Poesía a la escultura de san Pedro del Vaticano.

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