Reflexiones diarias sobre argumentos de espiritualidad y vida carmelitana, con incursiones en el mundo del arte y de la cultura

jueves, 16 de febrero de 2023

Tristeza y melancolía no las quiero en casa mía


Hoy es "Jueves Lardero", el día en el que tradicionalmente comenzaba el carnaval, ya que el miércoles de la semana próxima comienza la Cuaresma. Recordemos que, en latín, "lardarius" es la grasa del cerdo, por eso en algunos lugares se conoce al día de hoy como "Jueves graso", "Jueves gordo" y con otros nombres parecidos.

Como en Cuaresma no se comía carne, desde hoy hasta el martes próximo la gente comía chorizos, longanizas, tortas de chicharros y otros alimentos ricos en grasa, para estar preparados y soportar bien los ayunos cuaresmales. Lo más típico en muchos sitios son los "hornazos": tortas de pan con embutidos y huevos por encima, como el de la foto.

Hay muchos refranes que hacen referencia a la celebración de hoy:
- "Jueves Lardero, chorizo entero".
- "Jueves Lardero, longaniza en el puchero". 
- "Jueves Lardero, pan, chorizo y huevo".

Unidas a la costumbre de comer carne de cerdo y embutidos, están las de disfrazarse, cantar chirigotas humorísticas, salir a merendar al campo, y otras que cambian en cada región. Compartir la comida y la música en un ambiente sano y distendido es cosa buena.

En algunos casos (como en Río de Janeiro, Nueva Orleans y otras grandes ciudades), pueden dar lugar a excesos de todo tipo, pero normalmente son fiestas familiares e infantiles, una oportunidad para estar juntos y gozar de la compañía de los seres queridos, cantando y riendo, al menos en los ambientes en los que yo me muevo.

En Cataluña es típico que las familias y los amigos se unan para hacer una "calçotada" en el campo, comiendo calçots a la brasa (son un tipo de cebolletas tiernas), acompañados por chorizos, morcillas, longanizas y otras cosas también a la brasa, todo regado con buen vino.

En Castilla y León los niños no van a la escuela y hacen excursiones al campo, donde comen sus bocadillos de tortilla con chorizo.

******

El "Libro del buen amor", del arcipreste de Hita (siglo XIV), recoge "la batalla entre don Carnal y doña Cuaresma", en el que cuenta que un Jueves Lardero doña Cuaresma, mujer austera y espiritual, reta  a don Carnal, hombre mundano y amante de los placeres, a un duelo, que tendrá lugar el martes siguiente (el día anterior al Miércoles de ceniza, llamado "martes graso" o "martes de reventón" en muchos sitios).

Estando yo en la mesa con don Jueves Lardero, 
desafío que entregóme dos cartas un rápido trotero...
De mi, doña Cuaresma, justicia de la mar,
alguacil de las almas que se habrán de salvar,
a ti, Carnal goloso, que nunca te has de hartar,
el Ayuno en mi nombre, te va a desafiar.
De hoy en siete días, a ti y a tu mesnada
haré que en campo abierto batalla sea dada...

El día convenido, don Carnal y su ejército de bueyes, cerdos, gallinas, becerros y cabras se enfrentan en campo abierto a doña Cuaresma y su legión de vegetales, legumbres y pescados. 

Amaneciendo el día del plazo señalado, 
acudió don Carnal, valiente y esforzado, 
de gentes bien armadas muy bien acompañado.
Puso en las avanzadas muchos buenos peones,
gallinas y perdices, conejos y capones,
ánades y lavancos y gordos ansarones...

El primer día hay un empate y cada uno de los contrincantes se retira a su campamento.

Don Carnal, según su costumbre, celebra un gran banquete, que produce en él y en sus colegas una pesadez y un sueño incontrolables. 

Doña Cuaresma, aprovechando la debilidad de su enemigo, entra por la noche en su cuartel, lo somete y lo aprisiona.

Al día siguiente, el Miércoles de ceniza, el glotón de don Carnal es obligado a confesarse y a hacer ayuno y abstinencia como penitencia. Solo le permiten comer una vez al día pan, lechuga, lentejas, alcachofas y algunos días pescado.

Por su parte, doña Cuaresma limpia su casa, sus vestidos y su cuerpo y va a la iglesia a convocar a los fieles para que participen en los ritos religiosos correspondientes.

Transcurridos cuarenta días, cuando don Carnal comenzaba a estar verdaderamente arrepentido de su anterior forma de vida, el Domingo de Ramos tiene un inesperado acceso de salud, que lo impulsa a burlar a don Ayuno y a escaparse de su celda.

Una vez libre y fortalecido por la ingesta de abundantes viandas, reúne a sus compañeros para vengarse de doña Cuaresma. Ella, con prudencia, prefiere huir a enfrentarse en una batalla en la que sabe que será vencida, ya que sus enemigos son más fuertes que ella. De modo que el Viernes Santo, cuando ya es de noche, huye con dirección a Jerusalén.

Al día siguiente, el Sábado de Gloria, don Carnal, junto con sus amigos don Amor, don Almuerzo y doña Merienda, entra en la ciudad sobre una carroza para celebrar su victoria. 

 ******

Recordemos que santa Teresa de Jesús decía: "tristeza y melancolía no las quiero en casa mía". Ella tenía muy claro que "un santo triste es un triste santo" y añadía: "Dios nos libre de los santos encapotados". Le gustaba el buen humor, la sencillez y la naturalidad, hasta el punto de afirmar que "cuanto más santos, han de ser más conversables". Y lo que más apreciaba en el padre Gracián era que "sabe unir la perfección y la suavidad". Les invito a leer esta entrada:

No hay comentarios:

Publicar un comentario