Reflexiones diarias sobre argumentos de espiritualidad y vida carmelitana, con incursiones en el mundo del arte y de la cultura

miércoles, 5 de febrero de 2025

Bailes de paloteo en la zona de pinares de Soria y Burgos


Los pasados 25 de enero y 3 de febrero estuve predicando en Casarejos y en San Leonardo de Yagüe, con motivo de las fiestas patronales. En ambos casos, las misas concluyeron con bailes "de paloteos" en honor de san Ildefonso de Toledo y la Virgen de la Paz en el primer pueblo y en honor de la Virgen de Candelaria y san Blas en el segundo. Este vídeo recoge algunas danzas de este año, el 2 de febrero, en Hontoria del Pinar (las tres localidades están cerca).

Los bailes de "paloteos" son una manifestación folclórica tradicional, que tiene sus raíces en rituales y celebraciones muy antiguas, posiblemente vinculadas a danzas guerreras de la prehistoria. Hay ecos de esos ritos, que han perdurado en distintos lugares de Asia, África, América y Europa.

Con estos bailes, por un lado, nuestros antepasados conjuraban su miedo a la guerra y pedían protección. Además, los jóvenes podían demostrar su fuerza y gallardía ante las mozas, que acudían entusiasmadas a verlos.

Con el tiempo, estas danzas evolucionaron y entre nosotros se adaptaron al contexto religioso cristiano, convirtiéndose en una forma de honrar a los santos y celebrar festividades patronales.

En estos bailes, los participantes, vestidos con trajes tradicionales, llevan palos o espadas, que utilizan para marcar el ritmo y realizar coreografías sincronizadas.

Estas danzas se siguen realizando hasta el presente en diversas localidades de España y otros países, donde forman parte de las tradiciones culturales y religiosas. Todas conservan un núcleo común, pero cada región tiene sus propias variantes, con pasos, vestimentas y músicas específicas, lo que refleja la riqueza y diversidad de esta práctica ancestral. Los bailes de paloteos no solo son una expresión artística, sino también un vínculo con el pasado y una forma de mantener vivas las tradiciones comunitarias. Normalmente, los danzantes heredan el puesto de padres a hijos.

El concilio de Trento (1545-1563) buscó regular y purificar las prácticas religiosas, incluyendo la eliminación de bailes y manifestaciones consideradas profanas dentro de las celebraciones litúrgicas. Sin embargo, la intervención del rey Felipe II de España, que defendió la tradición de los bailes religiosos, citando el ejemplo bíblico del rey David, que danzaba ante el arca de la alianza, permitió que muchas de estas expresiones culturales y religiosas se preservaran. Además, el salmo 150 dice: "Alabad a Dios en su templo al son de instrumentos, con cantos y bailes".

Finalmente, el Concilio de Trento estableció que podían mantenerse dentro de la iglesia aquellos bailes que tuvieran una antigüedad demostrada de al menos 100 años. Esto permitió que numerosas danzas tradicionales vinculadas a festividades religiosas continuaran formando parte de las celebraciones litúrgicas y populares en España y en los territorios de la América hispana, así como en los otros continentes.

San Juan de Ribera (1532-1611), arzobispo de Valencia, dejó establecido que, para la procesión del Corpus, "Vayan incensando los sacerdotes y bailen delante del Santísimo Sacramento los legos con devota alegría, como hizo David delante del arca". Hasta el presente se siguen realizando los bailes y ceremonias que él dejó establecidas para el colegio-seminario del Corpus Christi en la ciudad del Turia.

El beato Juan de Palafox y Mendoza (1600-1659) dejó escrito que no le gustaban dentro del templo, por lo que quería ordenar que lo hicieran en el atrio exterior, pero la gente le pidió con tanto respeto y devoción que le permitieran seguir haciéndolo dentro, que le dio lástima y permitió que continuaran como hasta entonces. Incluso fundó escuelas de música para que se recogieran y conservaran las melodías antiguas.

Entre las danzas más destacadas que se conservaron en España están las de los "seises", un grupo de niños que bailan en las catedrales de Sevilla y Guadix durante las festividades del Corpus Christi y la Inmaculada Concepción.

Además de los seises, muchas otras danzas tradicionales, como los paloteos, los bailes de espadas o los bailes de cintas, se siguen representando en las fiestas patronales y en las procesiones del Corpus de numerosos pueblos de España y América Latina.

Estas danzas son una expresión de fe y devoción, además de un testimonio de la riqueza histórico-cultural de las comunidades que las practican. La decisión de Felipe II y el concilio de Trento permitió que estas tradiciones, que mezclan lo sagrado y lo popular, se mantuvieran vivas como parte del patrimonio inmaterial de los pueblos hispanos.

Estas danzas, que combinan elementos religiosos, históricos y culturales, son un ejemplo vivo de cómo las tradiciones medievales y renacentistas han perdurado hasta nuestros días. Además de su valor artístico y folclórico, tienen un profundo significado comunitario, ya que refuerzan la identidad cultural y el sentido de pertenencia de los habitantes.

Como he dicho, en Casarejos, San Leonardo de Yagüe y Hontoria del Pinar se conservan los bailes de paloteos en honor de sus santos patronos. Los danzantes, vestidos con trajes tradicionales, ejecutan movimientos rítmicos golpeando palos entre sí o contra el suelo, acompañados por melodías interpretadas por el tamboril y la dulzaina. En la procesión que sigue a la misa, todo los vecinos bailan delante del santo, al ritmo de jotas castellanas.

La conservación de estos bailes es un testimonio de la importancia de las tradiciones rurales en España, que han logrado resistir el paso del tiempo y las transformaciones sociales. Gracias al esfuerzo de las comunidades y a la valoración de su patrimonio inmaterial, los bailes de paloteos siguen siendo una expresión cultural vibrante y significativa en la actualidad.

1 comentario:

  1. Tradiciónes folklóricas preciosas que debieran perdurar. Alegría contagiante que reanima.

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