Reflexiones diarias sobre argumentos de espiritualidad y vida carmelitana, con incursiones en el mundo del arte y de la cultura

martes, 25 de febrero de 2025

Antigua farmacia de santa Ana en Génova


El negocio más antiguo de la ciudad de Génova, que sigue abierto hasta el presente y que nunca ha cambiado de propietarios desde su apertura, es la farmacia de los frailes carmelitas descalzos del convento de santa Ana, fundado en 1584. En la foto de arriba se ve al padre Ezio, el actual responsable de la misma.

Los libros de la farmacia conservan los nombres de los frailes que se han encargado de la gestión, la lista de los remedios que se preparaban, los precios de los ingredientes y los nombres de algunos clientes, entre los que se encontraban incluso reyes europeos. Recojo algunas fotografías para que puedan conocer este lugar singular.

En la riquísima biblioteca se pueden ver libros y manuscritos de medicina, pero también de filosofía, teología y arte.

Los documentos del s. XVII hablan de la botica conventual, que preparaba medicinas gratis para los pobres de la zona. En 1778 un famoso médico de la zona firmó un contrato con la comunidad para preparar sus medicinas en el convento y enseñar a un fraile los conocimientos necesarios para que pudiera convertirse en boticario. 

Hoy no se usan los antiguos alambiques, pero se siguen destilando esencias de lavanda (toda la casa huele que es un primor) y preparando recetas magistrales, ya que los frailes encargados de los últimos siglos estudian farmacia en la universidad.

Los ingredientes de algunas recetas siguen siendo hierbas y plantas, que se cultivan en el huerto del convento.

Además de remedios, hacen jabones, perfumes, mermeladas, cosméticos y licores.

Fray Enzo y sus remedios.

Estos almireces se han usado durante siglos para machacar y mezclar los ingredientes.

La farmacia está activa, aunque parece un museo y se puede visitar gratuitamente.

En la sala principal de la farmacia se conserva un ángel de madera del s. XVII que tiene un cartel en el que está escrito: “Nos medicinam paramus, Deus dat nobis salutem”. Es decir: “Nosotros preparamos las medicinas, pero es Dios quien da la salud”.

Sobre la puerta del despacho del farmacéutico hay un icono con los santos médicos Cosme y Damián.

Su famosa "agua de melisa" tiene propiedades relajantes y también se usa en los problemas digestivos.

Muchos de los productos se envían a todos los rincones de Italia y al extranjero.

En el huerto conventual se siguen cultivando algunas plantas y árboles frutales que se usan en la preparación de los productos de la farmacia.


Se organizan visitas guiadas a la farmacia, jardín e iglesia, tanto para niños y jóvenes de colegios como para grupos de adultos.

Los niños disfrutan aprendiendo las propiedades de las plantas.

El altar mayor de la iglesia está dedicado a santa Ana, la madre de la Virgen María y abuela de Jesús.

Altar de la Virgen del Carmen, obra de Tommaso Orsolino a principios del siglo XVII.

Altar de santa Teresa de Jesús. El cuadro fue pintado por el holandés Gerrit van Honthorst el año 1616, con motivo de la beatificación de Teresa de Ávila.

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