El domingo quinto del Tiempo Ordinario, ciclo "c", leemos el evangelio en el que Jesús dice a Pedro y a sus compañeros que serán "pescadores de hombres". El texto añade que "ellos, dejándolo todo, lo siguieron".
Justo antes, el evangelio cuenta que los discípulos habían pasado toda la noche intentando pescar, sin obtener resultados. Cuando Jesús les pide que echen las redes, se fían de él y el resultado superó todas las expectativas.
A veces nos sentimos como los discípulos: perdidos, desorientados, fracasados. Pero, en el nombre de Jesús queremos seguir echando las redes, trabajando por el reino, intentándolo de nuevo.
Los frutos los veremos cuando y como él quiera. Mientras tanto, nosotros solo podemos repetir que somos siervos inútiles, pobres colaboradores en una tarea que nos desborda.
He comentado este evangelio en otras ocasiones. Aquí pueden ver algunas:
- Jesús cuenta conmigo. En el evangelio de hoy escuchamos que Jesús llamó a Pedro para que se convirtiera en “pescador de hombres”. Pero solo unos momentos antes, después de la pesca milagrosa, Pedro se había arrojado a los pies de Jesús, suplicándole: “Apártate de mí, que soy un pecador”. Precisamente cuando Pedro se reconoce indigno de estar con Jesús, Él le llama y le da una misión. Lo mismo sucede en la primera lectura, en la que Isaías se reconoce “hombre de labios impuros”, indigno de anunciar la Palabra de Dios. Entonces, el ángel le purifica y Dios le confirma en su vocación de profeta...
- Desde ahora serás pescador de hombres. Todos estamos invitados a dejarlo todo, a poner las cosas y los quereres y todo lo demás en un segundo lugar, y a seguir a Jesús, a colaborar con él, a ser pescadores de hombres. Cada uno según sus propias capacidades y su estado de vida, pero todos llamados a ayudar a Jesús en la extensión de su reino...
- Pescador de hombres. Hoy es un buen día para escuchar el canto "Tú has venido a la orilla..."
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