El 18 de agosto celebramos la fiesta de los beatos carmelitas descalzos Juan Bautista Duverneil, Miguel Luis Brulard y Santiago Gagnotlos y sus compañeros sacerdotes y religiosos "mártires de los pontones de Rochefort", que fueron encerrados en barcos "negreros" (que se usaban para trasladar esclavos) y sacrificados en 1794 por negarse a renunciar a su fe. Son algunos de los numerosos mártires que dejó la Revolución Francesa (1789-1899) que -como toda revolución- tuvo sus luces y sus sombras.
La Revolución Francesa supuso el final de una época (lo que se ha dado en llamar el "Antiguo Régimen") y el inicio de otra. No hay duda de que muchos de los principios que rigen nuestra vida contemporánea vienen de allí (por ejemplo: la consideración de los individuos como ciudadanos y no como súbditos, el concepto de derechos fundamentales de cada ser humano y la división de los poderes legislativo, ejecutivo y judicial), aunque las cosas no fueron sencillas.
Lo que comenzó como una lucha de los burgueses (comerciantes y propietarios de los medios de producción y de la economía) contra los nobles (terratenientes que detentaban el poder social y político) terminó afectando a todos los estamentos sociales.
La Revolución acabó en manos de los fanáticos extremistas, que persiguieron y exterminaron a todos los que no compartían sus ideas, especialmente durante el periodo llamado "el Terror" (1793-1794), que dejó más de 100.000 víctimas, especialmente entre los católicos (algunos historiadores duplican e incluso triplican el número).
El culto cristiano fue prohibido, los bienes de la Iglesia incautados, incluso suprimieron la semana de siete días para que no se celebrara el domingo y cambiaron el nombre de los meses y la manera de contar los años para que no se hiciera referencia a Cristo ni a las fiestas cristianas.
A continuación expongo los distintos grupos que han sido beatificados después de cuidadosos procesos canónicos:
Beatas mártires de Compiègne. Dieciséis carmelitas descalzas guillotinadas en 1794 por no renegar de su fe. Subieron al patíbulo cantando el Te Deum y el Veni Creator. Beatificadas en 1906.
Beatas mártires de Cambrai. Cuatro hijas de la caridad guillotinadas en 1794, por negarse a jurar la constitución civil del clero. Beatificadas en 1920.
Beatas mártires de Valenciennes. Once hermanas ursulinas condenadas a muerte en 1794 "por haber enseñado la religión católica apostólica". Beatificadas en 1920.
Beatas mártires de Orange. Ifigenia Gaillar, Teotisa Pélissier, Andrea Minutte, Mariana de Rocher, Mariana Béguine-Royal y 27 religiosas más, guillotinadas en 1794. Beatificadas en 1925.
Beatos Luis José François y Juan Enrique Gruyer, sacerdotes asesinados por negarse a jurar la constitución civil del clero. El primero fue lanzado por la ventana y el segundo atravesado por una espada. Beatificados en 1926.
Beatos mártires "de los carmelitas". De los 114 sacerdotes asesinados en el convento de los carmelitas de París por el mismo motivo que los anteriores, 95 fueron beatificadas en 1926.
Beato Noel Pinot. Sacerdote diocesano condenado por celebrar la misa a escondidas. Subió al patíbulo revestido de alba y casulla. Beatificado en 1926.
Beato Pedro Renato Rogue. Sacerdote de la congregación de la misión, decapitado en 1796. Beatificado en 1934.
Beatos mártires de Angers. De los más de 2000 fieles fusilados o guillotinados en 1794 en la diócesis de Angers por mantenerse fieles a la fe católica, 99 fueron beatificados en 1984.
Beatos mártires de Rochefort: De los 829 sacerdotes y religiosos que fueron encerrados en dos barcos negreros en el puerto de Rochefort, más de 542 murieron a causa de los sufrimientos provocados por su fidelidad a la Iglesia católica. 65 fueron beatificados en 1995.
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