Tal como les he recordado otras veces, los evangelios que se leen en misa los domingos de Cuaresma del ciclo "b" (el presente) desarrollan los temas relacionados con el misterio pascual de Cristo, quedando así:
- Retiro de Jesús en el desierto y las tentaciones (I)
- La transfiguración de Jesús (II)
- El templo destruido y reedificado es el cuerpo de Jesús (III)
- Dios ha mandado a su Hijo para salvar al mundo (IV)
- El grano de trigo muere para dar fruto abundante (V)
- Domingo de Ramos: Entrada de Jesús en Jerusalén (VI)
Hablemos ahora de lo específico del domingo tercero:
- Jesús purificó el templo de Jerusalén. Con este acontecimiento, Jesús enseña que ha llegado el tiempo en que el culto no debe reducirse a celebrar unos ritos determinados, en un lugar concreto y en unos días señalados, sino que debe ser una vida ofrecida en consonancia con un culto «en espíritu y verdad» (Jn 4,23), en el que todos pueden participar.
- La purificación del templo de Jerusalén y el verdadero culto. Las citas del Antiguo Testamento ayudan a entender el gesto de la purificación del templo. La ofrenda de sacrificios animales sirvió hasta entonces, porque era imagen del verdadero sacrificio del verdadero cordero; pero, una vez que este se manifiesta, aquellos ya no sirven. Dios ya no se encuentra en un lugar, sino en la persona de Jesús, que es el verdadero templo.
- Oraciones para el domingo III de Cuaresma. Soy tu templo, Señor, cuando no te olvido y te amo, cuando no me alejo de ti, cuando rezo y medito tu Palabra...
- Oculi mei. Introito gregoriano domingo III de Cuaresma. A ti, Señor, levanto mi alma; Dios mío, en ti confío, no quede yo defraudado…
- La purificación del templo de Jerusalén. Canta Javier Brú. Próxima la Pascua, subió a Jerusalén y encontró en el templo mercaderes por doquier.
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