El primer domingo después de Epifanía celebramos la fiesta del bautismo del Señor en el río Jordán. Con esta fiesta concluye la Navidad y comienza el Tiempo ordinario. Allí donde el 6 de enero no es festivo civil, la fiesta de Epifanía se celebra el domingo siguiente y la del bautismo el lunes.
En Navidad contemplamos el inmenso amor de Dios, que le ha llevado a despojarse de su condición divina y a hacerse uno de nosotros.
Lo que después predicará en el sermón de la montaña y especialmente en las bienaventuranzas, Jesús lo vivió primero en Nazaret: supo encontrar y hacer presente a Dios en la vida familiar, en las relaciones con los vecinos y en el trabajo de cada día.
Los cuatro evangelistas coinciden en que el ministerio de Jesús inicia con su bautismo.
Hoy es una buena ocasión para renovar nuestro compromiso bautismal, por lo que les invito a rezar esta oración:
Alabemos la generosidad del Señor Jesús, el único puro y libre de mancha, que descendió al Jordán para santificar las aguas y a cada uno de nosotros.
- A él la gloria por los siglos. Amén.
Señor, cuando fuiste bautizado se manifestó el misterio de la Santísima Trinidad, porque la voz del Padre dio testimonio de ti, llamándote “Hijo Amado” y el Espíritu te consagró.
Señor, cuando fuiste bautizado se manifestó el misterio de la Santísima Trinidad, porque la voz del Padre dio testimonio de ti, llamándote “Hijo Amado” y el Espíritu te consagró.
- Te bendecimos y te damos gracias por tu amor.
Gloria a Ti, Oh Cristo, nuestro Dios y nuestra esperanza. Tú que aceptaste ser bautizado por Juan en el Jordán para nuestra salvación,
Gloria a Ti, Oh Cristo, nuestro Dios y nuestra esperanza. Tú que aceptaste ser bautizado por Juan en el Jordán para nuestra salvación,
- Ten piedad de nosotros.
Cristo, salvador del mundo y única esperanza de redención para los pecadores, nosotros te aclamamos, diciendo:
Cristo, salvador del mundo y única esperanza de redención para los pecadores, nosotros te aclamamos, diciendo:
- Gloria a ti, ten piedad de nosotros y danos la salvación.
Cristo, nuestro Dios, santificaste las corrientes del Jordán, aplastaste el poder del pecado, inclinaste la cabeza ante la mano del Precursor y salvaste al género humano. Por eso te suplicamos:
Cristo, nuestro Dios, santificaste las corrientes del Jordán, aplastaste el poder del pecado, inclinaste la cabeza ante la mano del Precursor y salvaste al género humano. Por eso te suplicamos:
- Sálvanos, Señor.
Cuando fuiste bautizado en el Jordán, Oh Salvador, santificaste las aguas y limpiaste el pecado del mundo.
Cuando fuiste bautizado en el Jordán, Oh Salvador, santificaste las aguas y limpiaste el pecado del mundo.
- Gracias, Señor, por nuestro bautismo, gloria por siempre a Ti.
Oh Cristo, como un siervo recibiste el bautismo, a causa de nuestros pecados. Gloria a ti, que eres rico en misericordia.
Oh Cristo, como un siervo recibiste el bautismo, a causa de nuestros pecados. Gloria a ti, que eres rico en misericordia.
- Ten piedad de nosotros y danos la salvación.
Gloria a Ti, Oh Cristo, nuestro Dios y nuestra esperanza, gloria a Ti. Tú que aceptaste ser bautizado por Juan en el Jordán para nuestra salvación,
Gloria a Ti, Oh Cristo, nuestro Dios y nuestra esperanza, gloria a Ti. Tú que aceptaste ser bautizado por Juan en el Jordán para nuestra salvación,
- Ten piedad de nosotros y danos tu gracia al renovar nuestro bautismo.
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