Reflexiones diarias sobre argumentos de espiritualidad y vida carmelitana, con incursiones en el mundo del arte y de la cultura

viernes, 21 de diciembre de 2018

El Belén de Arnolfo di Cambio


Arnolfo di Cambio fue un gran escultor y arquitecto italiano del siglo XIII. Se conservan obras suyas en Florencia, Orvieto, Perugia y Roma. Suyos son, por ejemplo, los baldaquinos sobre los altares de las basílicas romanas de San Pablo Extramuros y de Santa Cecilia.

Por encargo del papa Nicolás IV (el primer papa franciscano) y con destino a la basílica de Santa María la Mayor, esculpió en mármol las imágenes de un Belén (un "pesebre" para los americanos), del que se conservan ocho personajes de gran tamaño: la Virgen María con el Niño Jesús, san José, los tres reyes Magos y las cabezas de la mula y el buey.

Hoy no se conservan en su emplazamiento original, sino en el museo de la cripta de la basílica, ni se sabe cómo estaban dispuestas en origen. En la foto superior pueden ver la disposición actual y en las de abajo, los detalles.

Después de siete siglos, siguen impresionando por su belleza sin artificios.

Es verdad que las escenas del nacimiento de Jesús y de la adoración de los pastores y de los Magos están representadas en muchos sarcófagos romanos, así como en mosaicos y relieves antiguos, pero este es, posiblemente, el primer grupo escultórico exento que representa el misterio de la Navidad.



La imagen de la Virgen María con el Niño Jesús. Parece ser que fue retocada por algún artista posterior.



San José, apoyado en su bastón, contempla extasiado a su esposa y al Niño.


El Niño reposa plácidamente en los brazos de su madre.


Uno de los Reyes, con rico vestido, adora al Niño arrodillado y con las manos juntas.



Los otros dos Reyes conversan animadamente mientras esperan su turno para ofrecer sus dones al Niño.



De la mula y el buey solo se conservan las cabezas. 

No hay comentarios:

Publicar un comentario