Es muy significativo que la universidad de Oxford haya elegido «brain rot» (que significa ‘podredumbre cerebral’) como palabra del año 2024. Aunque nos resulte extraña y pueda sonar incluso alarmista, tendremos que acostumbrarnos a ella, porque hace referencia a una experiencia cada vez más extendida: al deterioro mental que produce el tiempo dedicado al consumo de numerosos vídeos, noticias y mensajes de contenidos triviales, que terminan por incapacitarnos para concentrarnos, para reflexionar en serio y para poner atención a las cosas verdaderamente importantes.
Al principio, parece que solo son un entretenimiento y que no tienen consecuencias, pero terminan afectándonos más de lo que imaginábamos.
Es un argumento demasiado serio para ignorarlo. Si tomamos conciencia de los efectos negativos que está teniendo ya el excesivo consumo de contenido en línea de poca calidad (no hablamos de una posibilidad, sino de una realidad que tiene colapsadas las consultas psicológicas y psiquiátricas), deberíamos tomar medidas para proteger nuestra salud mental, priorizando la lectura de libros físicos (especialmente de clásicos, cuanto más largos, mejor), dedicando tiempo a la conversación presencial con las personas que amamos, practicando actividades al aire libre, estableciendo límites de tiempo al acceso a las redes sociales en los dispositivos electrónicos, seleccionando los contenidos (evitando las noticias sensacionalistas y los vídeos y retos triviales) y, sobre todo, buscando momentos de desconexión total de los dispositivos electrónicos.
Este mes de diciembre se han dedicado numerosos artículos al argumento, tanto en la prensa española como en la extranjera. Aquí solo recojo tres, para que nos hagamos una idea.
Este mes de diciembre se han dedicado numerosos artículos al argumento, tanto en la prensa española como en la extranjera. Aquí solo recojo tres, para que nos hagamos una idea.
«La Universidad de Oxford elige 'brain rot' como palabra del año: qué significa y por qué es una crítica a la sociedad» (20 minutos, 3-12-2024):
«Vídeos de TikTok en bucle, cientos de post de Instagram y reels, decenas de tuits... el día a día de muchas personas gira en torno al consumo en redes sociales y plataformas digitales de millones de megas de información sin gran importancia. Gatitos, maquillaje, artilugios de todo tipo para comprar, memes, chistes... una espiral de contenido vacío que para la Universidad de Oxford lleva a un claro estado mental denominado “brain rot”. […]
Esta palabra ha adquirido significado profundo especialmente este año, haciendo referencia al contenido de baja calidad y poco valor que se encuentra en las redes sociales e Internet, así como al posterior impacto negativo en la salud mental que se percibe que tiene el consumo de este tipo de contenido en los individuos y en la sociedad. […]
Según este centro, la podredumbre cerebral "es un estado de confusión mental, letargo, reducción de la capacidad de atención y deterioro cognitivo que resulta de un exceso de tiempo frente a una pantalla" y apuntan a que sus consecuencias pasan por "la dificultad para organizar información, resolver problemas, tomar decisiones y recordar información", por lo que abogan por un control en el uso de pantallas».
«¿Están podridos nuestros cerebros? La palabra del año para la Universidad de Oxford lo sugiere» (El País, 13-12-2024):
«La expresión ‘brain rot’ describe el deterioro mental que genera el abuso de las redes y, según Oxford, resume a la perfección este 2024. Aún no conoce la expresión, pero seguramente ya esté harto de ella. Define la fatiga que se genera después de pasar horas viendo vídeos plagados de memes incomprensibles, reacciones al último jaleo de La revuelta o berridos varios intentando imitar las canciones de la película Wicked. Todo a la vez, mezclado en nuestra cabeza durante mucho tiempo, empieza a desprender un olor desagradable, como si algo se estuviera pudriendo. Por eso las redes bautizaron a este estado de intoxicación virtual como brain rot o putrefacción mental en español. Una expresión que ha ido ganando peso entre las comunidades digitales y que ahora la Universidad de Oxford ha escogido como su palabra del año. […]
Solo en un año se ha vivido la invasión de los primeros vídeos hechos con inteligencia artificial y el éxodo de millones usuarios de X al considerarlo un lugar insalubre. Era, por tanto, inevitable que el conflicto entre las redes y la salud mental acabase impregnando las propias conversaciones digitales».
«'Podredumbre cerebral', expresión del año según Oxford: la razón es el contenido que crean y consumen en redes la Gen Z y Alfa» (Genbeta, 27-12-2024):
«El reconocido diccionario Oxford ha decidido cuál es el término de este año 2024 que está a punto de finalizar y el resultado no es muy alegre. Habla de “Brain Rot” en inglés, lo que se traduce como "podredumbre cerebral". Y las redes sociales, y las horas que nos pasamos consumiendo sus contenidos, son el origen de esta "podredumbre".
Es decir, que consumimos tanto contenido falto de verdadero interés o de información relevante que nuestras capacidades se están deteriorando y también su estado, es decir, la salud mental. Y, por ello, parece ser que en el Reino Unido la gente está usando mucho esta expresión. […]
En 2024, "podredumbre cerebral" se utiliza para describir tanto la causa como el efecto de esto, haciendo referencia al contenido de baja calidad y poco valor que se encuentra en las redes sociales e Internet, así como al impacto negativo posterior que se percibe que tiene el consumo de este tipo de contenido en una persona y también en la sociedad».
Cuando leo comentarios como este no puedo estar más de acuerdo; pero siempre me viene a la cabeza la gente que no ha podido tener acceso a la cultura, incapaces de leer un libro y mucho menos clásico y largo.
ResponderEliminarTambién hay personas con escasa inteligencia, porque no han sido dotados con este don.
Incluso pienso en otros para los que tener una conversación presencial es algo difícil de alcanzar.
Para todas estas personas, según mi opinión, habría que darles una alternativa, aunque sé que no es fácil.
Un saludo.