Reflexiones diarias sobre argumentos de espiritualidad y vida carmelitana, con incursiones en el mundo del arte y de la cultura

jueves, 15 de diciembre de 2022

Letanías a Cristo


Letanías a Cristo, rey del universo y siervo de todos por amor, que viene a buscar y salvar lo que estaba perdido, manifestando la misericordia de Dios hacia los hombres.

Señor, ten piedad.
R. Señor, ten piedad.
Cristo, ten piedad.
R. Cristo, ten piedad.
Señor, ten piedad.
R. Señor, ten piedad.

Cristo, óyenos.
R. Cristo, óyenos.
Cristo, escúchanos.
R. Cristo, escúchanos.

Dios Padre celestial.
R. Ten misericordia de nosotros.
Dios Hijo, redentor del mundo.
R. Ten misericordia de nosotros.
Dios Espíritu Santo.
R. Ten misericordia de nosotros.
Santa Trinidad, un solo Dios.
R. Ten misericordia de nosotros.

Verbo de Dios, por quien todas las cosas ha sido hechas,
R. Ten misericordia de nosotros.
Palabra hecha carne,
R. Ten misericordia de nosotros.
Mesías prometido en la Ley,
R. Ten misericordia de nosotros.
Prefigurado por místicos milagros,
R. Ten misericordia de nosotros.
Predicho por los profetas,
R. Ten misericordia de nosotros.
Anunciado por ángeles,
R. Ten misericordia de nosotros.
Deseado por los reyes,
R. Ten misericordia de nosotros.
Anhelado por las naciones,
R. Ten misericordia de nosotros.
Enviado al mundo por el Padre,
R. Ten misericordia de nosotros.
Concebido por obra del Espíritu Santo,
R. Ten misericordia de nosotros.
Sabiduría enviada desde el trono de la gloria de Dios,
R. Ten misericordia de nosotros.
Deseo de los collados eternos,
R. Ten misericordia de nosotros.
Rocío en el vellocino de Gedeón,
R. Ten misericordia de nosotros.
Zarza ardiente en fuego incombustible,
R. Ten misericordia de nosotros.
Escala de Jacob,
R. Ten misericordia de nosotros.
Flor de la raíz de Jesé,
R. Ten misericordia de nosotros.
Flor de la vara de Aarón,
R. Ten misericordia de nosotros.
Flor que aparece en nuestra tierra,
R. Ten misericordia de nosotros.
Olor de campo bendecido por Dios,
R. Ten misericordia de nosotros.
Incienso de suavísimo olor sobre altar de oro,
R. Ten misericordia de nosotros.
Nardo y cinamomo en huerto cerrado,
R. Ten misericordia de nosotros.
Sello puesto sobre el corazón,
R. Ten misericordia de nosotros.
Piedra mortal desprendida sin intervención de mano humana,
R. Ten misericordia de nosotros.
Agua saludable sacada del pozo de Belén,
R. Ten misericordia de nosotros.
Nuevo vino en nuevo odre,
R. Ten misericordia de nosotros.
Agua viva que fluye como torrente desde el Líbano,
R. Ten misericordia de nosotros.
Árbol de la Vida plantado en medio del Paraíso,
R. Ten misericordia de nosotros.
Fuente que mana del Paraíso,
R. Ten misericordia de nosotros.
Agua de la vida en fuente sellada,
R. Ten misericordia de nosotros.
Lámpara puesta sobre candelabro purísimo,
R. Ten misericordia de nosotros.
Estrella de Jacob,
R. Ten misericordia de nosotros.
Cetro de Israel,
R. Ten misericordia de nosotros.
Sol del que está vestida la mujer del Apocalipsis,
R. Ten misericordia de nosotros.
Tú, el más bello de los hombres,
R. Ten misericordia de nosotros.
Verdad que brota de la tierra,
R. Ten misericordia de nosotros.
Justicia que desciende del cielo,
R. Ten misericordia de nosotros.
Salvador que pasa por la puerta cerrada,
R. Ten misericordia de nosotros.
Príncipe sentado en la puerta oriental,
R. Ten misericordia de nosotros.
Linaje de la mujer, que aplasta la cabeza de la serpiente,
R. Ten misericordia de nosotros.
Progenie de Abrahán, por la cual son bendecidas todas las naciones,
R. Ten misericordia de nosotros.
Salvación y esperanza,
R. Ten misericordia de nosotros.
Enmanuel nuestro,
R. Ten misericordia de nosotros.

Muéstrate propicio,
R. Perdónanos, Señor.
Muéstrate propicio,
R. Escúchanos, Señor.
Muéstrate propicio,
R. Líbranos Señor.

De todo mal,
R. Líbranos Señor.
De todo pecado,
R. Líbranos Señor.
De un corazón duro y perverso,
R. Líbranos Señor.
De toda costumbre malvada,
R. Líbranos Señor.
De toda pasión desordenada,
R. Líbranos Señor.
De toda aspereza de costumbres,
R. Líbranos Señor.
De toda malicia e indolencia,
R. Líbranos Señor.
De una mala y eterna muerte,
R. Líbranos Señor.
Por tu predestinación desde toda la eternidad,
R. Líbranos Señor.
Por tu advenimiento,
R. Líbranos Señor.
Por el misterio de tu santa encarnación,
R. Líbranos Señor.
Por tu virginal e inmaculada concepción,
R. Líbranos Señor.
Por la fe y la obediencia de la gloriosa Virgen,
R. Líbranos Señor.
Por la virginal fecundidad de tu santísima madre,
R. Líbranos Señor.
Por la plenitud de gracia comunicada a tu madre,
R. Líbranos Señor.
En el día del Juicio,
R. Líbranos Señor.

Nosotros, que somos pecadores,
R. Te rogamos, óyenos.
Para que te dignes salvarnos de nuestros pecados,
R. Te rogamos, óyenos.
Para que te dignes dirigir a ti todas nuestras acciones,
R. Te rogamos, óyenos.
Para que te dignes hacer que tengamos para ti nuestra morada preparada,
R. Te rogamos, óyenos.
Para que te dignes rellenar con tu gracia todo valle de pusilanimidad,
R. Te rogamos, óyenos.
Para que nos concedas gozarnos siempre en ti y glorificarte,
R. Te rogamos, óyenos.
Para que te dignes mirar nuestra humildad y extender sobre nosotros el brazo de tu poder,
R. Te rogamos, óyenos.
Para que te dignes colmarnos a nosotros, pobres, de tus bienes,
R. Te rogamos, óyenos.
Para que te dignes hacer de nosotros coherederos de tu reino,
R. Te rogamos, óyenos.
Para que te dignes atendernos,
R. Te rogamos, óyenos.
Jesús, Hijo del Dios vivo,
R. Te rogamos, óyenos.

Cordero de Dios, que quitas el pecado del mundo,
R. Perdónanos, Señor.
Cordero de Dios, que quitas el pecado del mundo,
R. Escúchanos, Señor.
Cordero de Dios, que quitas el pecado del mundo,
R. Ten misericordia de nosotros.

Cristo, óyenos.
R. Cristo, óyenos.
Cristo, escúchanos.
R. Cristo, escúchanos.

Señor, ten piedad.
R. Señor, ten piedad.
Cristo, ten piedad.
R. Cristo, ten piedad.
Señor, ten piedad.
R. Señor, ten piedad.

Ven a liberarnos, Enmanuel, Dios-con-nosotros.
R. Muéstranos tu rostro y seremos salvos.
Acuérdate de nosotros, Señor, como el pueblo de tu beneplácito.
R. Visítanos con tu salvación.
Muéstranos, Señor, tu misericordia.
R. Y danos tu salvación.
Señor, escucha nuestra oración.
R. Y llegue a ti nuestro clamor.

Oremos. Dios, Padre celestial, concédenos esperar con amor solícito la llegada de tu Hijo Jesucristo, para que, cuando él venga y nos llame, nos encuentre velando en oración y cantando con alegría sus alabanzas. Él vive y reina contigo en la unidad del Espíritu Santo, y es Dios, por los siglos de los siglos. 
R. Amén.

No hay comentarios:

Publicar un comentario