Reflexiones diarias sobre argumentos de espiritualidad y vida carmelitana, con incursiones en el mundo del arte y de la cultura

miércoles, 24 de octubre de 2012

Comentario al Credo (5)

Fue concebido por obra del Espíritu Santo y nació de la Virgen María. «Al llegar la plenitud de los tiempos, Dios envió a su Hijo, nacido de una mujer» (Gal 4,4). El Hijo eterno de Dios se hizo hombre verdadero al encarnarse en el seno de la Virgen María: «El Verbo se hizo carne y habitó entre nosotros» (Jn 1,14). Jesús no es el fruto de la evolución de los hombres, sino un regalo de Dios; no es un superhombre que ha alcanzado la iluminación y nos habla de Dios. Jesús es el eterno Hijo de Dios que se ha hecho verdaderamente hombre, es verdaderamente «Dios-con-nosotros» (Mt 1,23).


Cuando el ángel Gabriel preguntó a María si aceptaba ser la madre del Mesías, ella le contestó: «¿Cómo será eso, pues no conozco varón?» (Lc 1,34). Esa expresión significa: «¿Cómo será eso, pues no he tenido relaciones con ningún varón?». El ángel le respondió: «El Espíritu Santo vendrá sobre ti» (Lc 1,35). «Aunque la Iglesia, desde sus orígenes, ha sufrido burlas a causa de su fe en la virginidad de María, siempre ha creído que se trata de una virginidad real y no meramente simbólica» (Youcat, 80). 

María aceptó colaborar con el plan de Dios, que siempre respeta nuestra libertad. Por eso, al ángel que le dijo que daría a luz al «Hijo del Altísimo», ella respondió: «Hágase en mí según tu palabra» (Lc 1,38). Ella tuvo que renovar su «sí» a Dios cada día, especialmente a los pies de la cruz. Por eso es la «peregrina de la fe», modelo para todos los creyentes.

«En el momento establecido por Dios, el Hijo único del Padre, la Palabra eterna, es decir, el Verbo e Imagen substancial del Padre, se hizo carne: sin perder la naturaleza divina asumió la naturaleza humana. Jesucristo es verdadero Dios y verdadero Hombre en la unidad de su Persona divina; por esta razón Él es el único Mediador entre Dios y los hombres» (Catecismo de la Iglesia Católica, 479-480).


Preguntas para la reflexión. A lo largo del año, la Iglesia celebra los distintos misterios de la vida de Cristo, desde su encarnación y nacimiento hasta su muerte y resurrección. ¿Participo activamente en la misa dominical? ¿Conozco la estructura fundamental del año litúrgico? 

Navidad es el tiempo de la celebración de la encarnación y nacimiento de Cristo. ¿Cómo la vivo? ¿Qué es lo más importante para mí en esas fechas? 

María es la madre de Jesús y nuestra madre. ¿Me pongo en manos de Dios como hizo la Virgen María? ¿Cuál es la advocación mariana más querida en tu localidad? ¿Cuándo se celebra su fiesta? ¿Qué haces tú para honrarla?

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