Reflexiones diarias sobre argumentos de espiritualidad y vida carmelitana, con incursiones en el mundo del arte y de la cultura

domingo, 21 de abril de 2024

Material sobre el Buen Pastor


El cuarto domingo de Pascua se celebra la fiesta de Jesús, buen Pastor y la jornada mundial de oración por las vocaciones, en la que pedimos al Señor que nos dé pastores con un corazón como el suyo, dispuestos a servir y a dar la vida por sus hermanos.

He dedicado muchas entradas a hablar de esta imagen bíblica. Les recuerdo algunas:

Domingo 4 de Pascua o del Buen Pastor. Jesús es el Buen Pastor, que comprende los sufrimientos de las ovejas y entrega su vida por ellas, porque primero se ha hecho Él mismo oveja, porque conoce su situación desde dentro, porque ha cargado sobre sus espaldas el sufrimiento de sus compañeras. Por eso, la Carta a los Hebreos dice: “Precisamente porque nuestro Sumo Sacerdote fue sometido al sufrimiento y a la prueba, puede socorrer ahora a los que están bajo la prueba” (Heb 2,18). Reflexión sobre la presencia de ovejas y corderos en la Biblia.

Jesús, Pastor Bueno y Hermoso. Cuando san Juan dice que Jesús es el «buen» Pastor (Jn 10,11), usa la palabra griega kalós, que significa «auténtico», «verdadero» y también «bello», «hermoso». Jesús es más que un pastor «honesto» o «bueno». Es el «Buen» Pastor por excelencia, el verdadero, el único, «el más bello de los hombres» (Sal 45 [44],3), porque su obra es hermosa...

Mis ovejas escuchan mi voz. En la antigüedad, los israelitas eran pastores seminómadas con un número pequeño de animales: camellos, burros, gallinas, cabras y ovejas. Así se lo hacen saber al faraón: «Nosotros somos pastores desde nuestra infancia hasta hoy, y lo mismo fueron nuestros padres» (Gén 47,3). No es extraño que conocieran a cada una de sus ovejas, incluso por su nombre. También las ovejas reconocían la voz y el olor de su pastor...

Jesús es el pastor que da la vida por sus ovejas. El verdadero pastor se diferencia claramente de un asalariado. Este último trabaja por dinero y no le importa la suerte de las ovejas. Esto se ve cuando llegan los lobos hambrientos a atacar el rebaño. Mientras que el dueño de las ovejas se enfrenta con ellos para defenderlas, el mercenario huye, pensando solo en sí mismo. Jesús no solo se arriesga para defender a sus ovejas. Da la vida por ellas. Algo verdaderamente sorprendente e inusual...

Nadie nos separará de su mano. Reflexión de Hans Urs von Balthasar (1905-1988). El evangelio del Buen Pastor contiene una promesa que supera toda medida; incluso se podría decir que supera toda previsión. A las ovejas de Jesús, a las que él conoce y que le siguen, se les asegura por tres veces su definitiva pertenencia a él y al Padre. Y esto porque ellas ya ahora han recibido por anticipado «vida eterna». Porque lo que Jesús nos da aquí abajo con su vida, su pasión, su resurrección, su Iglesia y sus sacramentos, es ya vida eterna. El que la recibe y no la rechaza, jamás puede ya «perecer», nadie puede ya «arrebatarlo de mi mano»...

Jesús es nuestro Pastor y nosotros somos ovejas de su rebaño. Oraciones de la misa. La oración inicial de la misa, dice así: «Dios todopoderoso y eterno, que has dado a tu Iglesia el gozo inmenso de la resurrección de Jesucristo; concédenos también la alegría eterna del Reino de tus elegidos, para que así el débil rebaño de tu Hijo tenga parte en la admirable victoria de su Pastor».

Jesús es a la vez Pastor y Cordero, Señor y siervo. Cristo es a la vez Pastor del pueblo y Cordero de Dios entregado en sacrificio, camino que lleva al Padre y puerta del Paraíso, Señor y siervo por amor. Cada imagen nos ayuda a conocer un aspecto del misterio de Jesús, pero todas son insuficientes, ya que él es siempre más de lo que nosotros podemos decir. Él es el único Pastor, el único mediador, el único salvador, pero nos pide a todos los creyentes que colaboremos con él en la tarea de la evangelización para la salvación del mundo, cada uno según sus capacidades, su estado de vida y su vocación específica, pero todos somos corresponsables de la misión de la Iglesia.

- Jesús, pastor y cordero. El libro del Apocalipsis afirma: «El cordero será su pastor» (Ap 7,17). Habla de Jesucristo, el Hijo eterno del Padre, el buen pastor, que comprende los sufrimientos de las ovejas, porque primero se ha hecho él mismo cordero, de modo que conoce la situación de sus hermanos desde dentro. Por eso, la carta a los Hebreos dice que «precisamente porque nuestro sumo sacerdote fue sometido al sufrimiento y a la prueba, puede socorrer ahora a los que están bajo la prueba» (Heb 2,18).

Salmo 23. El buen Pastor. En el vídeo les hablo del salmo 23 [22 en la versión griega], que es uno de los más comentados y orados a lo largo de los siglos, tanto por la tradición judía como por la cristiana. También es uno de los más usados en el arte...

El Pastorcico de san Juan de la Cruz. Al pastor no le importan las penas que le causa el amor: la pobreza, las incomodidades, los sufrimientos o la misma muerte. Sus verdaderos sufrimientos son provocados por el rechazo de aquella que tanto ama. Sin dejar de pensar en ella, se deja morir de amor. Por eso extiende sus brazos en el árbol de la Cruz, entregando voluntariamente su vida por su amada. "Un Pastorcico solo está penado / ajeno de placer y de contento / y en su pastora ha puesto el pensamiento, / el pecho, del amor, muy lastimado..."

Jesús es el Buen Pastor. Poema de Luis de Góngora y Argote (1561-1627): " Oveja perdida, ven / sobre mis hombros; que hoy / no solo tu pastor soy, / sino tu pasto también..."

- Música de Brotes de Olivo: Yo soy el Buen Pastor y conozco a mis ovejas, y todas las del redil me conocen a mí...

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