Reflexiones diarias sobre argumentos de espiritualidad y vida carmelitana, con incursiones en el mundo del arte y de la cultura

miércoles, 1 de julio de 2020

Julio, mes del Carmen


El mes de julio es el mes carmelitano por excelencia, el mes de la Virgen del Carmen, que está lleno de fiestas y memorias de santos de la Orden:

- El día 4 se celebra la memoria de la beata María Crocifissa Curcio (fundadora de las Carmelitas misioneras de santa Teresa del Niño Jesús).
- El 7, primer día de la novena en honor de la Virgen del Carmen, Nuestra Señora, madre de la divina gracia (fuera de Europa, se puede celebrar el día 23, que era la antigua conclusión de la octava en honor de la Virgen del Carmen).
- El 9 la beata Juana Scopelli (monja carmelita del s. XV).
- El 12 los santos Luis y Celia Martín (padres de santa Teresita).
- El 13 santa Teresa de Jesús de los Andes (carmelita descalza chilena, muerta a los 20 años en el monasterio de los Andes).
- El 16 la Virgen del Carmen, madre y hermosura de la Orden.
- El 17 las carmelitas mártires de Compiègne (víctimas de la persecución religiosa durante la revolución francesa).
- El 20 el profeta Elías, modelo inspirador del Carmelo.
- El 24 las carmelitas descalzas mártires de Guadalajara y la beata María Mercedes Prat, de la Compañía de santa Teresa (víctimas de la persecución religiosa durante la segunda república española).
- El 27 san Tito Brandsma (víctima de la persecución anticatólica nazi en Holanda).
- El 28 (los o. carm lo celebran el 24) el beato Juan Soreth (carmelita del s. XV, fundador de las monjas carmelitas y del Carmelo Seglar, ya que otorgó el reconocimiento jurídico a unas y otros, como miembros de derecho de la familia carmelitana). El mismo día se celebra a san Pedro Poveda, fundador de la Institución Teresiana a principios del s. XX.

Como podemos ver, este mes ofrece una buena ocasión para reflexionar sobre la identidad del Carmelo y su historia, marcada por la santidad de muchos de sus hijos e hijas.

El libro del Apocalipsis habla de «una muchedumbre inmensa, que nadie puede contar, de toda raza, lengua, pueblo y nación, que se encuentra ante el trono de Dios» (Ap 7,9ss). Los carmelitas somos una pequeña imagen de esta Iglesia del cielo.

Efectivamente, somos una Orden religiosa compuesta por hombres y mujeres de distintas proveniencias y de todas las condiciones sociales y estados de vida: frailes, monjas contemplativas, ermitaños, religiosas de vida activa, miembros de institutos seculares, laicos consagrados en el Carmelo seglar, miembros de hermandades y cofradías carmelitanas y simpatizantes unidos afectivamente a la Orden.

Los carmelitas de la antigua observancia (los “calzados”, o. carm.) son cerca de 1.000 monjas repartidas en 80 monasterios y unos 2.000 frailes en 329 conventos, además de varias congregaciones de religiosas de vida activa y de grupos de laicos.

Los carmelitas descalzos (o “teresianos”, o.c.d.) somos algo más numerosos: unas 13.000 monjas contemplativas en 900 monasterios, unos 4.000 frailes en 500 conventos, más de 60 congregaciones religiosas de vida activa afiliadas a la Orden, entre 30 y 40.000 miembros del Carmelo Seglar y otros grupos de laicos que comparten nuestra espiritualidad en distinta medida.

Nos puedes encontrar en casi todos los países del mundo: Irak, Egipto, Burkina Faso, Camerún, Japón, Australia... Tenemos presencias en grandes ciudades, como Dallas, Nueva Delhi o París, y en pequeños pueblos o lugares aislados (los famosos "desiertos", consagrados a la oración, el trabajo manual y la vida fraterna).

Atendemos casas de oración, institutos de espiritualidad, obras de promoción social, editoriales, escuelas, parroquias, estaciones misioneras... Hay hermanos nuestros enseñando en universidades y cuidando huérfanos, escribiendo libros y cultivando la huerta.

Independientemente de dónde nos encontremos o de qué hagamos, se puede descubrir en nosotros un aire de familia, que nos une y caracteriza, aunque algunas veces nuestro comportamiento no esté a la altura de nuestra vocación.

Todos queremos vivir en obsequio de Jesucristo, imitando a la Virgen María, ocupados en la meditación de la Palabra de Dios, en la oración contemplativa y en el servicio a la Iglesia.

Hoy comienza julio, el mes de la Virgen del Carmen, y a ella le pedimos que interceda ante su Hijo por todos los que formamos esta gran familia carmelitana. El Señor nos conceda vivir con autenticidad y gozo nuestra vocación en la Iglesia. Amén.

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