Les invito a repasar algunas entradas que hemos a este argumento en otras ocasiones:
- Tú eres, Señor, el pan de vida. Canto de Brotes de Olivo.
- Jesús es el pan de la vida. Como la gente quería hacer rey a Jesús, en el evangelio de este domingo escuchamos que él les respondió: «No me buscáis porque habéis visto signos, sino porque comisteis pan hasta saciaros». Así, pues, la multiplicación de los panes es un «signo» que hay que interpretar para comprender su significado más profundo. Los contemporáneos se quedaron en la materialidad del gesto, en que habían comido pan sin tener que fatigarse para conseguirlo, y querían más. Pero Jesús les invita y nos invita a ir más allá, a buscar el significado del signo...
- El pan de la eucaristía. El pan es «fruto de la tierra», obra de Dios, que la ha preparado durante millones de años para que llegara a ser morada de sus hijos. La semilla depositada en la tierra germina gracias al agua de la lluvia y al calor del sol. De alguna manera, en el pan está presente toda la creación: El sol, a la distancia exacta de la tierra para que pueda surgir la vida, el agua que fecunda la tierra, el ciclo de las estaciones, la semilla que germina en el momento oportuno…
- Significado del pan de la eucaristía. En la última cena, Jesús consagró el pan y el vino. En la cena pascual se utilizaban otros alimentos (verduras amargas, cordero, dulces...), pero Jesús solo tomó el pan y el vino para darles un sentido nuevo, muy concreto. Estos son los dones que la Iglesia presenta sobre el altar, en fidelidad a su Señor, que nos mandó: «Haced esto en conmemoración mía». En el pan y en el vino consagrados, se hace presente Jesús resucitado para ser nuestro alimento y compañero de camino. ¿Por qué eligió Jesús pan y vino para darnos su Cuerpo y su Sangre? El pan de trigo es el alimento fundamental en la cuenca mediterránea. El más barato, el más abundante y el más necesario...
- La comunión con Jesucristo, pan de vida. Llamamos «comunión» al acto de recibir el pan eucarístico consagrado, el Cuerpo de Cristo. Aunque toda la misa nos pone en común-unión con Jesús, hemos de reconocer que el momento culminante es cuando Jesús mismo, bajo las especies del pan y del vino, entra sacramentalmente en nosotros...
- Come de este pan, que el camino es largo. La primera lectura del domingo 19 del Tiempo Ordinario, ciclo "b", nos recuerda que el profeta Elías, el más grande de los profetas, que envió la sequía a Israel y después la lluvia, que hizo bajar fuego del cielo, que multiplicó la harina y el aceite, que resucitó un muerto..., sufrió un momento terrible de cansancio, de desánimo, de crisis, de depresión, hasta el punto de desearse la muerte.
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