Reflexiones diarias sobre argumentos de espiritualidad y vida carmelitana, con incursiones en el mundo del arte y de la cultura

domingo, 9 de junio de 2024

Ejercicios espirituales en el Desierto de las Palmas del 5 al 13 de agosto de este año 2024

Del 5 al 13 de agosto de este año 2024, predicaré un curso de ejercicios espirituales en el centro de espiritualidad del Desierto de las Palmas. Es una gran oportunidad para orar y reflexionar, para crecer en la amistad con Cristo, para descansar en el cuerpo y en el espíritu.

El número del teléfono de contacto, para quienes quieran participar, es el 964300786. El encargado es el padre Sebastián García. El coste de la participación, estancia y pensión completa es de 300 euros.

Pueden ver la página web del monasterio, con el calendario de actividades en el centro de espiritualidad, así como otras informaciones en la página:


No siempre podemos parar unos días para desconectar de nuestras actividades cotidianas y renovarnos por dentro, en un ambiente agradable y en un paraje natural de gran belleza. Pero, cuando lo hacemos, vemos que nos hace bien, que nos ayuda a enfrentarnos mejor a las luchas y actividades de cada día.

[Tengo otra tanda de ejercicios en Villa Pilar, Santo Ángel (Murcia), del 19 al 26 de julio. La encargada es la hermana María. Tel. 968840651. El coste de la participación, estancia y pensión completa es de 320 euros.]

Ya he explicado muchas veces que el Desierto de las Palmas es un antiguo convento carmelitano situado en el término municipal de Benicàssim (provincia de Castellón, España), junto al mar Mediterráneo.

En siglos pasados, todo el perímetro de la propiedad del monasterio estuvo cercado por un muro de piedra. En algunos lugares, como en la portería alta (por donde entraban los que acudían desde Castellón), aún se pueden ver restos de la muralla.

El monasterio "viejo" fue fundado en el siglo XVII, en el centro del valle, y estuvo habitado durante unos 100 años. Unas lluvias torrenciales provocaron graves daños en sus estructuras, por lo que el monasterio se trasladó más arriba, a un lugar más protegido.

El monasterio "nuevo" se fundó en el siglo XVIII y permanece en uso desde entonces.

La puerta se encuentra al final de un paseo de cipreses, con cerámicas en el camino, que recogen las estaciones del Vía Crucis y los dolores y gozos de san José.

En el centro del edificio está la hermosa iglesia conventual, dedicada a la Transverberación de santa Teresa de Jesús. Allí celebra la comunidad la eucaristía cada mañana, y se reúne para otros encuentros de oración litúrgica y personal.

La capilla de los mártires recoge los restos mortales de muchos hermanos nuestros, que entregaron su vida por ser fieles a Cristo y a su Iglesia.

La mitad del edificio está habitado por la comunidad de carmelitas descalzos y es la sede del noviciado, donde se preparan los jóvenes que se sienten llamados a nuestra vida.

En el museo se recogen numerosas obras de arte, todas de gran belleza y algunas de mucha importancia histórica y artística.

La otra mitad contiene el centro de espiritualidad, con 42 habitaciones, salas de reuniones, comedores, capillas... para acoger a quienes se retiran para participar en cursillos y tandas de ejercicios espirituales.

En la capilla de la planta baja se suelen tener los encuentros celebrativos de los grupos que acuden al centro de espiritualidad.

Las capillas repartidas por la casa ofrecen espacios de silencio, para estar a solas con el Señor.

Los amplios jardines del centro de espiritualidad ofrecen la posibilidad de pasearse o sentarse a reflexionar en medio de la naturaleza, escuchando el trinar de los pájaros.

La mayoría de las ermitas (extendidas por el valle y la montaña) están adaptadas para recibir a quienes quieran hacer una experiencia de retiro en soledad.

Los dos albergues juveniles pueden recibir grupos para convivencias y retiros.

La montaña está rematada por una gran cruz, "la cruz del Bartolo". Es un placer subir allí por las mañanas para ver amanecer. Desde allí se divisa el mar Mediterráneo y las dos vertientes de la montaña: la que da a "la Plana" y la que da a la zona de Cabanes.

Los más valientes pueden subir hasta las llamadas "agujas de santa Águeda", que son grandes crestas de rodeno en lo alto de la montaña. Desde allí se disfruta de unas vistas magníficas.

Hace falta valor (o inconsciencia) para asomarse sobre el abismo subido a las agujas. Yo no lo he hecho nunca ni lo recomiendo.

En los terrenos del parque natural del Desierto de las Palmas, cerca del monasterio, están los restos del castillo de Montornés. Primero fue un asentamiento de la Edad del Bronce y más tarde una fortaleza romana, reconstruida por los musulmanes en el siglo X y conquistada por el Cid Campeador el año 1094. Estuvo habitado hasta el siglo XVII. 

Se conservan una torre cilíndrica y otra cuadrada, restos de las tres murallas, varios aljibes y otros interesantes restos arqueológicos.

No hay que esforzarse mucho para ver ardillas correteando por los árboles o saltando por entre los arbustos.

Con un poco de suerte, los visitantes encontrarán alguna de las tortugas mediterráneas, que en otro tiempo eran muy abundantes. Hoy casi solo quedan las del centro de interpretación del desierto, donde educadores medioambientales explican a los visitantes la flora y fauna del lugar.

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