Reflexiones diarias sobre argumentos de espiritualidad y vida carmelitana, con incursiones en el mundo del arte y de la cultura

martes, 11 de junio de 2024

Testimonios de participantes en los encuentros en el Desierto de las Palmas


Les recuerdo que del 5 al 13 de agosto tenemos programado un retiro espiritual en el centro de espiritualidad del Desierto de las Palmas. Quienes tengan interés en participar tienen que llamar al 964300786. El precio es de 300 euros.

[También les recuerdo que tengo otro curso de ejercicios espirituales en Villa Pilar, cerca de Murcia, del 19 al 26 de julio. Quienes tengan interés, tienen que llamar al 968840651. El precio es de 320 euros.]

En esta entrada recojo algunos testimonios de participantes en los ejercicios espirituales de otros años, animando a todos a que busquen momentos para profundizar en su fe, para crecer en la intimidad con Cristo, para “estar a solas con quien sabemos que nos ama”.

Siempre que vengo al Desierto de las Palmas me enriquezco espiritualmente y disfruto de una paz que me desborda. Me faltan palabras para dar gracias a Dios por todo lo que recibo en este lugar y por los religiosos que viven aquí. Puri.

He hecho muchas tandas de ejercicios en este lugar durante mi larga vida y cada vez vengo con más deseos. Las montañas, la vegetación, el mar, las capillas… todo me habla de Dios y me ayuda a poner más atención en las meditaciones. Aquí parece que él se hace más cercano, casi palpable. Lucía.

El Espíritu Santo es capaz de reunir en una convivencia durante varios días a personas provenientes de diferentes lugares, que piensan y sienten de manera distinta, pero se aprecian como hermanos, hijos de la misma familia. Fernando.

Al acabar los ejercicios estoy llena de paz y de amor. Solo puedo darle gracias a Dios… y esperar que la paz me dure. Antonia.

Los ejercicios espirituales han sido la plataforma de lanzamiento para convertirme en un alma de oración. Desde que realicé mis primeros ejercicios en el Desierto de las Palmas, comencé a leer libros de espiritualidad y a orar asiduamente, en ocasiones con sequedad, pero sin abandonar el camino empezado. Ahora mi alma se deleita en las cosas de Dios. El Señor da el ciento por uno. Yo lo vivo cada día. José María.

Hemos pasado un tiempo lleno de oración, sacramentos, cariño, amistad, buenísima comida y un lugar fuera de serie. Todo el camino de regreso en el tren, con los apuntes que habíamos tomado, veníamos comentado el contenido de las charlas… Steven y Sayli.

Acabo de terminar una tanda de ejercicios espirituales en el Desierto de las Palmas. Siempre es mucho más lo que recibo de lo que puedo aportar. Como los discípulos después de la transfiguración, me gustaría quedarme en aquellas montañas, pero sé que ahora tengo que volver a la vida cotidiana y poner en práctica todo lo aprendido. José.

La convivencia que hemos realizado en el Desierto de las Palmas, junto a nuestro padre Eduardo, es una experiencia que todos serían muy felices si la pudieran realizar. Te llena el corazón, te reconforta el alma, te abre el espíritu. El amor de Dios se manifiesta especialmente en este lugar y se vive una unidad y comunión verdaderas. Rosa.

Las jornadas transcurren así: rezo de laudes, desayunos sabrosos, charlas llenas de sabiduría y claras para que las entendamos todos (este año sobre el tema de la misericordia en la Biblia), eucaristía muy participada, música preciosa de nuestros amigos José Manuel Montesinos, Paqui Alonso y Fina Navarro, comida en fraternidad, nuevas charlas, vísperas, adoración del Santísimo, cena en fraternidad y por la noche, bajo el cielo estrellado, rodeados de montañas, compartimos las experiencias del día, cantamos, bailamos, reímos, oramos… Doy gracias a Dios por todo y espero volver. Pedro.

Estamos pasando unos días en esta santa montaña del Desierto de las Palmas, rodeados por una naturaleza que nos habla de Dios, ayudados por el padre Eduardo a profundizar en el proyecto de Dios sobre el hombre, la libertad de los hijos de Dios, los orígenes del cristianismo y los fundamentos de nuestra fe. Bendito sea Dios, que nos permite gozarnos en su presencia. Ana María.

¡Cuánto he gozado en los largos momentos de adoración, acompañados por los cantos de José Manuel y Paqui y las poesías que recitaba el padre Eduardo! María Luisa.

He tenido ocasión de descubrir que san Juan de la Cruz no escribe para unos pocos elegidos, cristianos excelentes de primera fila: su doctrina, que tan solo en apariencia es oscura (se puede entender perfectamente si alguien te ayuda con algunas explicaciones) está dirigida a cualquier cristiano que, enamorado de Jesús, quiere dedicar su vida a conocerle mejor y tener mayor intimidad con él y no sabe cómo. La obra de san Juan es algo así como un “diario de viaje” hacia el encuentro personal e íntimo con Jesús. Paqui.

No sé cómo dar gracias a Dios por estos días en los que he podido profundizar en la doctrina de san Juan de la Cruz, en su mensaje de fe, esperanza y amor que llevan a plenitud nuestras capacidades naturales. Los cantos, los momentos de adoración, el lugar… todo acompañaba. Reme.

Los ejercicios espirituales que realizo cada año son el alimento de mi alma, tan necesarios como el alimento del cuerpo para la vida natural. Las charlas sobre san Juan de la Cruz y la lectura de sus escritos me han tocado el corazón. ¡Qué actual que es esta doctrina!, ¡Qué necesaria para la vida cotidiana! Alba.

Doy gracias a Dios Padre y a Jesucristo porque nos une a todos, sin que tenga importancia el lugar de proveniencia o el color de la piel. Él me ha regalado una semana maravillosa en el Desierto de las Palmas, donde he encontrado gente estupenda y se ha consolidado mi fe. La doctrina de santa Teresita (que ha sido el argumento de este año) me ha traído tranquilidad y paz interior, alegría y felicidad a mi vida. Una experiencia única, que ha cambiado mi vida. Gracias a todos y gracias a Dios. Bendito sea. Mario.

¿Cómo pagaré al Señor todo el bien que me ha hecho? Lo vivido en estos días en el Desierto es inexplicable: una gozada para el cuerpo y para el espíritu. Desde el momento que llegué, me sentí acogida y en familia. El grupo, tan variado, gracias a la fuerza del Espíritu, ha hecho realidad una convivencia donde han abundado los detalles, el cariño, la unidad entre todos... lo que nos ha permitido manifestarnos con sencillez y libertad de espíritu. Petra.

El padre Eduardo, instrumento de Dios, nos ha abierto el apetito con sus conferencias sobre los evangelios, haciéndonos descubrir cosas nuevas en cada charla. ¿Qué decir de las eucaristías y de las otras celebraciones? Siempre me he quedado con ganas de prolongar esos momentos tan emocionantes. Hasta la naturaleza y el clima nos han ayudado a disfrutar de unos días maravillosos. Gracias, Señor, por todo lo recibido. Luis.

Soy de la opinión que las cosas no suceden porque sí, sino que ocurren para algo, de ahí que no crea en las casualidades. Lo que en un principio tenía pensado que iba a vivir aquí con mis dos tías no tiene nada que ver con lo que estoy viviendo. Pensábamos descansar y hacer oración y nos hemos encontrado con algo que nos ha desbordado. Es la primera vez que venía a este lugar, pero veo que para la mayoría de los presentes, el venir al Desierto la primera semana de agosto es ya un “vicio”. Y es que se está tan bien que da pena bajar del monte Tabor al mundo real, pero sentimos que el evangelio puede dar sentido a nuestras vidas y queremos plasmarlo en el día a día, en nuestra vida cotidiana. Montserrat.

Este retiro me ha ayudado a descubrir adónde estoy y adónde quiero dirigirme. Las charlas son dinámicas, naturales, van a lo esencial, a lo concreto, como me gusta a mí. Los cantos y poesías hacen que podamos tocar el cielo. Además, nos alimentan como si no hubiera un mañana, todo sencillo, natural y hecho con cariño. Gracias. Vicente. 

Estoy contento de participar en estos ejercicios espirituales, que son los primeros que realizo. Las celebraciones, las charlas, los testimonios y el ambiente están reavivando mi fe y despiertan en mí el interés para continuar este camino con sencillez. Gracias a todos por la cálida acogida y el cariño que me habéis brindado. Gonzalo.

En estos momentos de nuestra vida, con miembros de nuestra familia enfermos, lo que nos produce una carga emocional importante, necesitábamos fuerza espiritual para sobrellevarlo. Las meditaciones han abierto nuestros corazones y nos han hecho comprender mejor la misericordia del Señor. En las personas con las que hemos compartido esta convivencia hemos encontrado amor, comprensión y diálogo. Todo ello en un entorno excepcional que nos ha transmitido paz y serenidad. Amparo y Luis. 

La primera vez que vienes al Desierto de las Palmas te atrae el paisaje, el museo, los jardines. Cuando estás aquí te llena de gozo conocer el carisma carmelitano. Cuando vuelves otras veces no dejas de descubrir cosas nuevas y no querrías irte nunca. Las charlas, los encuentros de oración, la convivencia, el concierto oracional... todo nos ha llenado de emoción. Dios bendiga a los que lo han hecho posible. Rosario.

No quiero insistir en las charlas, convivencia... Solo quiero compartir lo que me han llenado los momentos de adoración en el jardín por las tardes, con el Señor presente en medio de nosotros y todos dispuestos en un gran círculo a su alrededor, cantando, orando en silencio y en voz alta, alabando, intercediendo por todos... ¡Cuánto quisiera que muchos cristianos pudieran gozar de encuentros tan íntimos con el Señor! Julián.

Me ha impresionado profundamente que santa Teresa fue una mujer profundamente evangélica. Desde las actitudes y enseñanzas de Jesús, se convirtió en una incansable luchadora por el reconocimiento de la dignidad de la mujer y de sus derechos en un contexto adverso. Mujer alegre, contemplativa, emprendedora, enamorada de Jesús, luchadora, andariega... ¡sorprendente! La fraternidad entre todos los participantes y los intensos momentos de oración me llenaron de gozo. Rosa.

De todos los motivos que encuentro para dar gracias al Señor en estos días escojo uno: las personas con las que he convivido, esforzadas, generosas, humildes, sufridas, alegres y más que abiertas al amor de Jesús, cobijadas en él. Gracias a todos. Fran.

Necesitaba vivir unos días de recogimiento con personas que buscan lo mismo que yo, porque no es fácil vivir la fe en mis ambientes cotidianos, por eso decidí venir esta semana al Desierto de las Palmas. Y me voy lleno del Espíritu santo. Rafael.

Venir al Desierto es para mí una gracia y un privilegio. Es vivir unos días en el Monte Tabor, recuperando las fuerzas físicas y las espirituales. Doy gracias a Dios por todos los años que me ha permitido disfrutar de tantas gracias en este lugar increíble, por el encuentro con santa Teresa de Jesús, san Juan de la Cruz y los otros santos carmelitas, que tanto me han ayudado en mi vida cristiana, por las personas que aquí he conocido y con las que comparto la fe. Agustina. 

Venir al Desierto es siempre un gozo, pero este año ha sido algo extraordinario. El encuentro con santa Teresa de Jesús me ha llenado de gozo y de ánimo. También he gozado con los cantos, con las comidas, con los momentos de convivencia y con el paseo a la portería alta del monasterio. Nunca me habría imaginado que desde allí se pueden tener unas vistas tan espectaculares. Parecía que estábamos en el cielo. Lola. 

He gozado con todo, pero especialmente con la reflexión sobre los cuatro grados de oración de santa Teresa, que me disponen a orar con mayor autenticidad y con mayor sencillez. María Luisa. 

Hace casi medio siglo que no hacía ejercicios espirituales. Me apunté por medio de una amiga para descansar y oír alguna charla; pero al tercer día algo se removió en mi interior y me metí de lleno... Sé que mi vida será otra a partir de ahora. Gracias, Señor, por esta nueva oportunidad. Isabel.

"El Señor ha estado grande con nosotros y estamos alegres". ¡Cuánta luz! ¡Cuánta gracia recibida del Espíritu! a través de aquel mensajero cuyos pies son hermosos porque anuncian "el amor gratis" que dará un vuelco a nuestra vida. Gracias, Cristo, amor mío. Betania.

Estos ejercicios me han ayudado a descubrir el proceso espiritual de mi vida y a estar más atenta a lo que el Señor quiere de mí y a saberlo interpretar. Han sido como una relectura de mi vida, desde que el Señor me llamó a seguirle más de cerca y veo que siempre me llama a profundizar en su amor. Raquel.

He disfrutado mucho en estos ejercicios sobre las "noches" de san Juan de la Cruz, he redescubierto el amor que el Señor me tiene y ha acrecentado en mi corazón el deseo de seguir creciendo en su amistad. Ángel.

En estos ejercicios carmelitanos me he acercado a los escritos de santa Teresa de Jesús y de san Juan de la Cruz. Hay cosas que ya conocía, pero ¡tan débiles…! Había leído (a pesar del castellano antiguo que siempre me ha costado) a esos dos místicos y estoy convencido de que sus planteamientos son absolutamente válidos para el s. XXI. Ahora ha sido espectacular. Cosas intuidas por mí a lo largo de los años, pero sin acabar de ver ni entender. Otras totalmente nuevas, de una novedad y originalidad absolutas... La identificación de las virtudes teologales con las potencias del alma me ha hecho comprender el importante papel del desarrollo humano integral, tanto a nivel espiritual como material, de cara a la sociedad, a la profesión e incluso a la familia... El camino a recorrer por las carreteras de Dios continúa compaginando el transporte anterior que seguía con el que he descubierto ahora. Luego, en la tranquilidad de casa, vendrá el desarrollo de las ‘noches’ para profundizar en ellas, que es, quizá, lo que más atención me ha llamado, lo que más me ha enriquecido, a lo que más sentido he encontrado para explicar la relación mutua Dios-hombre. Será fundamental la aplicación del vocabulario teresiano y sanjuanista de sus escritos para extrapolarlo a situaciones reales, espirituales o materiales, a los desafíos que plantean las situaciones o problemáticas del S. XXI. Juan Manuel.

Vine desde Inglaterra con muchas ganas de sacar provecho del encuentro... La tranquilidad del entorno, la acogida fraterna, la belleza de los oficios, la oración silenciosa ante el Santísimo y las charlas dadas con tanta delicadeza  y sencillez, todo ha contribuido a que hayamos tenido una semana inolvidable. Estos días son para los que están "sedientos del Dios vivo". Aquí encontrarán a Quien puede saciar su sed. Rosana.

Me costó hacer silencio interior para entrar donde él mora, pero se ha dejado sentir con su presencia amorosa y se ha ido comunicando con gran ternura. Felipe.

Cada año hago ejercicios, porque los considero imprescindibles para mí. Unos días para redescubrir mi situación ante Dios y aceptar la realidad que me toca vivir. En esta ocasión he reflexionado sobre la libertad interior, que nadie puede arrebatarme y que no depende de las circunstancias externas; sobre la aceptación de la realidad (que no es resignación) para que Dios pueda hacer su voluntad en mí, pasando del "enamoramiento" al verdadero amor. Socorro.

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