Música del argentino Martín Calvo para celebrar la visita de María a su prima Isabel.
A casa de Zacarías
María se encaminó,
caminos de montañas
y en sus entrañas al mismo Dios.
Isabel oyó el saludo,
su seno se estremeció
y el Espíritu Santo,
casi cantando, en ella habló.
Llena de gracia ha venido a mí
la mamacita del Salvador.
Dichosa sea la que creyó
en la promesa de su Señor.
María, llena de gozo,
cantó con todo su amor:
Dios puso en mí la mirada,
su humilde esclava de corazón.
Fortaleció a los humildes,
al poderoso lo echó,
por la misericordia
que en nuestra historia él derramó.
María se encaminó,
caminos de montañas
y en sus entrañas al mismo Dios.
Isabel oyó el saludo,
su seno se estremeció
y el Espíritu Santo,
casi cantando, en ella habló.
Llena de gracia ha venido a mí
la mamacita del Salvador.
Dichosa sea la que creyó
en la promesa de su Señor.
María, llena de gozo,
cantó con todo su amor:
Dios puso en mí la mirada,
su humilde esclava de corazón.
Fortaleció a los humildes,
al poderoso lo echó,
por la misericordia
que en nuestra historia él derramó.
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