En el poema titulado «Ayes del destierro», santa Teresa de Jesús comparte su deseo de encontrarse con Dios de una manera plena y definitiva, aunque para ello tenga que morir. En este canto se recogen el estribillo y tres de las doce estrofas que compuso la santa.
¡Cuán triste es, Dios mío,
la vida sin ti!
Ansiosa de verte,
deseo morir.
Carrera muy larga
es la de este suelo,
morada penosa,
muy duro destierro.
¡Oh, dueño adorado
sácame de aquí!
Ansiosa de verte,
deseo morir.
El amor mundano
apega a esta vida,
el amor divino
por la otra suspira.
Sin ti, Dios eterno,
¿quién puede vivir?
Ansiosa de verte,
deseo morir.
La vida terrena
es continuo duelo,
vida verdadera
la hay solo en el cielo.
Permite, Dios mío,
que viva yo allí.
Ansiosa de verte,
deseo morir.
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