Coplillas similares a estas se cantan en numerosos pueblos y ciudades de España e Hispanoamérica para invitar a los fieles a participar en el rosario de la aurora. Estas fueron musicalizadas por Federico Olmeda (1865-1909), que nació en mi pueblo.
Al rosario de la Aurora tocan
y si sois devotos y queréis venir
por la senda precisa del cielo,
salid de la cama, dejad de dormir. Hermanos venid, devotos llegad
a rezar el rosario a la Aurora;
no tengáis pereza para madrugar.
Vamos, vamos, devotos a misa
con grande alegría, con gran devoción
y veremos el cáliz sagrado
donde está encerrado el Cuerpo del Señor.
Hermanos venid, devotos llegad
a rezar el rosario a la Aurora;
no tengáis pereza para madrugar.
Nuestros pasos, aunque sin provecho,
solo se dedican para despertar
a los fieles para ir al rosario,
pero hacéis el sordo para no rezar.
Hermanos venid, devotos llegad
a rezar el rosario a la Aurora;
no tengáis pereza para madrugar.
Un devoto, por ir al rosario,
por una ventana se quiso tirar
y la Virgen María le dice:
"Detente cristiano, por la puerta sal".
Hermanos venid, devotos llegad
a rezar el rosario a la Aurora;
no tengáis pereza para madrugar.
El demonio te tiene agarrados
los pies a la cama con gran suavidad
y te dice: "Detente, cristiano,
no vayas ahora, que otro día irás".
Hermanos venid, devotos llegad
a rezar el rosario a la Aurora;
no tengáis pereza para madrugar.
Al balcón de la gloria se asoma
la Blanca Paloma, reina, emperatriz,
y los ángeles están alegres
por ver el rosario, que ya va a salir.
Hermanos venid, devotos llegad
a rezar el rosario a la Aurora;
no tengáis pereza para madrugar.
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