Terminadas las celebraciones navideñas, hemos comenzado el Tiempo Ordinario, en el que profundizamos progresivamente en el mensaje de salvación de Jesucristo, leyendo los evangelios, celebrando los sacramentos e intentando poner en práctica sus enseñanzas.
Queremos descubrir a Cristo presente en todos los momentos de nuestras vidas. En los días de fiesta y en los días de trabajo, en la salud y en la enfermedad, en las alegrías y en las tristezas, en lo "ordinario" y en lo "extraordinario".
Él nos aseguró que estaría con nosotros todos los días hasta el fin del mundo. Y nosotros creemos firmemente que pasarán el cielo y la tierra, pero su palabra no pasará, por lo que sus promesas no pueden dejar de cumplirse.
Desde que él entró en nuestra historia, no se ha ido nunca, permanece siempre cercano a los que lo invocan, aunque solo lo veamos con los ojos de la fe.
Feliz Tiempo Ordinario para todos. El Señor ilumine su rostro sobre todos los lectores de este blog. Amén.
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