Reflexiones diarias sobre argumentos de espiritualidad y vida carmelitana, con incursiones en el mundo del arte y de la cultura

sábado, 20 de enero de 2024

Venid conmigo y os haré pescadores de hombres. Domingo 3 del tiempo ordinario, ciclo "b"


El evangelio del domingo 3 del tiempo ordinario (ciclo "b") habla de la llamada de Jesús a sus discípulos. Pasa junto a ellos y les dice: «Venid conmigo». El texto añade que ellos «inmediatamente dejaron las redes y lo siguieron».

Por el evangelio de san Juan que leímos el domingo pasado sabemos que primero Juan y Andrés pasaron un día con Jesús y que ellos hablaron de él a sus hermanos, por lo que ya tenían un conocimiento previo.

La vocación de los discípulos fue un proceso, pero san Marcos no recoge ninguno de esos encuentros previos. Solo dice que Jesús los llamó y que ellos lo siguieron inmediatamente. Presentándolos así como modelo para todos los cristianos, que están llamados a escuchar a Jesús y a seguirlo.

Todos los cristianos estamos llamados a dejar las redes (nuestras seguridades, lo que tenemos y lo que conocemos) para seguir a Jesús, poniéndole a él en el primer lugar, arriesgando todo, si es necesario.

San Marcos añade que Jesús predicaba el evangelio del reino. El evangelio no era un libro, sino la buena noticia del amor y la cercanía de Dios. El reino de Dios coincide con la cercanía de Dios, con la manifestación de su amor, con la llegada de su salvación. 

Han pasado los siglos, y Jesús sigue diciéndonos que el reino de Dios está cerca de nosotros, dentro de cada uno de nosotros. Y que esto es una buena noticia.

La consecuencia lógica de escuchar esta buena noticia es la conversión, que significa dejar de lado los criterios egoístas para poner en práctica las enseñanzas de Jesús, especialmente en todo lo relativo a las obras de misericordia. Ese es el camino que lleva a la felicidad verdadera.

Quienes acogen con fe ese anuncio, encuentran fuerzas para seguir a Jesús y para dar testimonio de su amor en el mundo (esto es, para ser «pescadores de hombres»).

Quiera Dios que, así como los ninivitas se convirtieron por la predicación de Jonás (primera lectura), nosotros nos convirtamos por la predicación de Jesús y demos testimonio de cómo el encuentro con él nos ha liberado de todo lo que nos hacía daño y nos ha hecho mejores. Feliz fin de semana a todos.

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