En el año 1917, tres pastorcitos (Lucía, Francisco y Jacinta) tuvieron aquí una visión de la Virgen, que les preguntó: «¿Queréis ofreceros a Dios?, ¿queréis cumplir su voluntad?, ¿queréis colaborar con él para salvar almas?»
Es hermoso pensar que Dios nos pide si queremos colaborar con él, si queremos cumplir su voluntad, si nos fiamos de él. Es más o menos lo que el ángel Gabriel preguntó a la Virgen María. Ella dijo que sí. Los pastorcitos de Fátima, también. ¿Y yo? Muchas veces digo que quiero que se cumpla la voluntad de Dios en mi vida, que solo quiero lo que él quiera... aunque en ocasiones se me olvida y le doy la espalda.
Pero no solo se apareció la Virgen María en Fátima. También lo hizo un ángel, que enseñó estas oraciones a los tres pastorcitos:
«Dios mío, yo creo en ti, te adoro, espero en ti y te amo. Te pido perdón por los que no creen, no adoran, no esperan y no te aman».
«Santísima Trinidad, Padre, Hijo y Espíritu Santo, os adoro profundamente y os ofrezco el preciosísimo Cuerpo, la Sangre, el Alma y la Divinidad de Jesucristo, presente en todos los sagrarios de la tierra, en reparación de los ultrajes, sacrilegios e indiferencias con que él mismo es ofendido. Y por los méritos infinitos de su Santísimo Corazón y del Corazón Inmaculado de María, os pido la conversión de los pobres pecadores».
Les pongo algunas fotos de este lugar. Feliz día a todos.
El santuario desde un dron. En primer plano está la basílica del Rosario desde atrás. Delante, la gran explanada. A la derecha, la capilla de las apariciones; a la izquierda, el museo; al fondo, la basílica subterránea de la Santísima Trinidad.
Estas tres pinturas, que representan a la Virgen del Carmen amparando a frailes, monjas y seglares de la Orden, se encuentran en uno de los pasillos.
Imagen de Jesucristo en la capilla principal de la casa Domus Carmeli. Perteneció al primer convento de carmelitas descalzas en Portugal, fundado por María de San José, compañera de santa Teresa de Jesús, una de sus hijas muy amadas. Cuenta la tradición que habló a esta hermana en unos momentos de persecución que tuvo. Hoy está en el convento de los frailes en Fátima.
Las tumbas de santa Jacinta Marto y de la hermana Lucía en la basílica primitiva, dedicada la Nuestra Señora del Rosario.
El exterior de la nueva basílica de la Santísima Trinidad. Solo se ve la parte superior, porque la mayor parte está bajo tierra.
En las capillas subterráneas hay espacios para las confesiones, para la adoración del Santísimo, para exposiciones temporales, para encuentros y celebraciones de grupos... En un atrio está esta escultura. Al acercarte, ves reflejada tu cara en el espejo que hay en el centro del corazón de María.
El convento de los padres carmelitas descalzos, detrás de la capilla de las apariciones. Aquí me alojo estos días.
Estas tres pinturas, que representan a la Virgen del Carmen amparando a frailes, monjas y seglares de la Orden, se encuentran en uno de los pasillos.
Imagen de Jesucristo en la capilla principal de la casa Domus Carmeli. Perteneció al primer convento de carmelitas descalzas en Portugal, fundado por María de San José, compañera de santa Teresa de Jesús, una de sus hijas muy amadas. Cuenta la tradición que habló a esta hermana en unos momentos de persecución que tuvo. Hoy está en el convento de los frailes en Fátima.
La iglesia del convento de las madres carmelitas descalzas, muy cerca de la capilla de las apariciones.
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