Algunos protestan, porque han trabajado más y reciben el mismo salario que los que se han unido más tarde, pero no se dan cuenta de dos cosas:
- No importa cuánto hayan trabajado, lo que reciben es mucho más de lo que merecen.
- Trabajar en la viña del Señor ya es un privilegio y un don.
Lo cuenta muy bien el siguiente poema de José Luis Blanco Vega, que la liturgia de las horas propone como himno de vísperas:
Hora de la tarde,
fin de las labores.
amo de las viñas,
paga los trabajos
de tus viñadores.
1. Al romper el día
nos apalabraste.
Cuidamos tu viña
del alba a la tarde.
Ahora que nos pagas,
nos lo das de balde,
que a jornal de gloria
no hay trabajo grande.
2. Das al vespertino
lo que al mañanero.
Son tuyas las horas
y tuyo el viñedo.
A lo que sembramos
dale crecimiento.
Eres Tú la viña
cuida los sarmientos.
En el vídeo pueden escuchar una interpretación de este himno con música de Juan Antonio Espinosa.
Lo cuenta muy bien el siguiente poema de José Luis Blanco Vega, que la liturgia de las horas propone como himno de vísperas:
Hora de la tarde,
fin de las labores.
amo de las viñas,
paga los trabajos
de tus viñadores.
1. Al romper el día
nos apalabraste.
Cuidamos tu viña
del alba a la tarde.
Ahora que nos pagas,
nos lo das de balde,
que a jornal de gloria
no hay trabajo grande.
2. Das al vespertino
lo que al mañanero.
Son tuyas las horas
y tuyo el viñedo.
A lo que sembramos
dale crecimiento.
Eres Tú la viña
cuida los sarmientos.
En el vídeo pueden escuchar una interpretación de este himno con música de Juan Antonio Espinosa.
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