domingo, 30 de julio de 2023
El tesoro escondido y la perla preciosa. Domingo 17 del Tiempo Ordinario, ciclo "a"
Hace dos domingos hablamos de la parábola del sembrador y el domingo pasado de la parábola del trigo y la cizaña. El evangelio del domingo 17 del Tiempo Ordinario, ciclo "a" nos propone dos nuevas parábolas de Jesús: el tesoro escondido en el campo y la perla preciosa.
El que descubre estas cosas es capaz de desprenderse de todo lo demás para conseguirlas. El tesoro, la perla, lo más hermoso y valioso del mundo es Jesús mismo. Por él se puede renunciar a cualquier otra cosa, porque él vale más que todo el mundo junto.
El acento no recae en lo que tenemos que dejar para seguir a Jesús, sino en lo que él nos ofrece, que es mucho más precioso que cualquier otra cosa, por lo que el gozo verdadero proviene de encontrarle a él.
Dice san Juan de la Cruz que nuestro corazón tiene capacidad infinita, por eso no se llena con menos que con Dios. Podemos tener todos los bienes del mundo, pero si nos falta Jesús, nada vale la pena. Puede faltarnos todo lo demás, pero si tenemos a Jesús, tenemos lo principal. Y añade:
"Míos son los cielos y mía es la tierra; mías son las gentes, los justos son míos y míos los pecadores; los ángeles son míos, y la Madre de Dios y todas las cosas son mías; y el mismo Dios es mío y para mí, porque Cristo es mío y todo para mí. Pues ¿qué pides y buscas, alma mía? Tuyo es todo esto, y todo es para ti. No te pongas en menos ni repares en migajas que se caen de la mesa de tu Padre. Sal fuera y gloríate en tu gloria, escóndete en ella y goza, y alcanzarás las peticiones de tu corazón".
En otra ocasión he explicado el evangelio de hoy con un cuento (el viaje al Amazonas).
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