Reflexiones diarias sobre argumentos de espiritualidad y vida carmelitana, con incursiones en el mundo del arte y de la cultura

viernes, 3 de octubre de 2025

Contexto histórico de santa Teresita

 
Santa Teresa del Niño Jesús y de la Santa Faz —Teresita de Lisieux— nació en 1873 en Alençon y murió en 1897 en Lisieux con tan solo veinticuatro años. Su autobiografía, «Historia de un alma», es considerada el libro religioso más traducido y difundido de la historia después de la Biblia, y sus intuiciones teológicas y espirituales han influido profundamente en la Iglesia contemporánea. Desde su muerte, ha sido la santa más citada por los papas y sigue siendo una referencia decisiva en la teología del amor y de la confianza filial.

La vida de Teresita transcurrió en un período convulso de la historia europea. El siglo XIX fue escenario de una profunda transformación política, social y cultural. Las estructuras del Antiguo Régimen, que habían sostenido durante siglos la alianza entre trono y altar, se desmoronaban. La Revolución francesa (1789-1799) abolió el absolutismo y el sistema feudal, estableciendo la soberanía popular. Aunque hubo intentos restauracionistas, como el Congreso de Viena (1815) o el Segundo Imperio de Napoleón III (1852-1870), las ideas liberales acabaron imponiéndose. En Francia, la instauración de la Tercera República en 1871 acentuó el proceso de secularización.

A pesar de que Francia seguía siendo llamada «la hija predilecta de la Iglesia» y el catolicismo mantenía una presencia social relevante —con miles de escuelas, hospitales y obras asistenciales gestionadas por religiosos—, el clima cambió rápidamente. Se sucedieron leyes laicistas y campañas anticlericales destinadas a reducir la influencia eclesial. La prensa republicana ridiculizaba a sacerdotes y religiosos, se expulsaron las facultades de teología de las universidades públicas y se promovió la idea de que la fe debía limitarse al ámbito privado.

Desde 1880 comenzaron las restricciones más severas: los religiosos fueron excluidos de las «juntas de caridad» y de los hospitales; en 1882 se decretó una educación obligatoria, gratuita y laica, excluyendo la enseñanza religiosa de las escuelas. Se aprobaron leyes anticongregacionales que prohibían a militares y funcionarios participar en asociaciones católicas, restringían las reuniones de los grupos de fieles y llevaron al cierre de unas quince mil instituciones eclesiales. Decenas de miles de religiosos y religiosas fueron expulsados de sus conventos, se confiscaron bienes eclesiásticos y se nacionalizaron los cementerios. Incluso se prohibió enterrar a las religiosas en sus conventos, por lo que Teresita fue la primera carmelita de Lisieux sepultada fuera de la clausura. También se impuso el servicio militar obligatorio para seminaristas y sacerdotes, y se prohibió el uso de sotanas y hábitos en espacios públicos.

Estas medidas culminaron con la ruptura del concordato entre Francia y la Santa Sede, dejando a la Iglesia sin reconocimiento civil. Situaciones similares se vivieron en otros países europeos. En Italia, la unificación nacional culminó en 1870 con la anexión de los Estados Pontificios y la incautación de bienes eclesiásticos, lo que llevó al papa a considerarse «prisionero en el Vaticano» hasta la firma de los Pactos de Letrán en 1929.

La tensión entre gobiernos liberales y católicos se agudizó: unos acusaban a la Iglesia de reaccionaria y enemiga del progreso, mientras los creyentes consideraban inmorales muchas leyes nuevas y se alineaban con posiciones monárquicas. Este clima hostil provocó un fuerte retroceso en la práctica religiosa: disminuyeron los bautizos, los matrimonios, los funerales religiosos y las vocaciones.

En este contexto adverso floreció la vida breve y luminosa de Teresita, cuya confianza radical en el amor de Dios y su mensaje de sencillez evangélica ofrecieron al mundo un camino nuevo de santidad: el de la infancia espiritual.

Resumen del segundo capítulo de mi libro Eduardo Sanz de Miguel, Santa Teresa de Lisieux, vida y mensaje. Editorial Monte Carmelo, Burgos 2017. ISBN 978-84-8353-839-5 (páginas 11-15). 

No hay comentarios:

Publicar un comentario