El 24 de septiembre se celebra la fiesta de Nuestra Señora de la Merced, madre de los encarcelados.
En el español antiguo "merced" significa 'regalo', 'don' y también 'misericordia'. Es decir: un regalo que se ofrece o recibe gratis, sin merecimiento por parte del que lo recibe, sin obligación por parte del que lo da.
Por eso, las imágenes más antiguas de la Virgen de la Merced también son llamadas de la Virgen de la Misericordia, que nos ama y protege sin que lo merezcamos, regalándonos el don más precioso: a su Hijo Jesucristo.
Los mercedarios fueron fundados por san Pedro Nolasco en 1218, al servicio de los cristianos cautivos en cárceles musulmanas. De hecho, su nombre oficial es: Orden de la bienaventurada Virgen María de la Merced, de la redención de los cristianos cautivos.
El rey Jaime I de Aragón les dio su escudo de armas, compuesto por 4 barras rojas sobre fondo dorado y la corona real. El arzobispo de Barcelona, Berenguer de Palau, añadió la cruz blanca, que era el símbolo de su catedral. Así surgió el escudo de la Merced, que la Virgen lleva en su pecho y en su escapulario.
A lo largo de su historia se calcula que sacaron de las mazmorras musulmanas a más sesenta mil presos cristianos, pagando por ellos y evitando que fueran vendidos como esclavos.
No hay comentarios:
Publicar un comentario