San, san, san, san Vicente,
san Vicente, san Vicente de Paúl.
Escúchame, óyeme, amigo,
préstame tus oídos,
quiero contarte toda, toda la verdad.
Pastor entre los pobres,
creció entre sus voces,
creyó que el mundo se podía cambiar, ¡cambiar!
Encontró la luz divina,
luchó contra la injusticia,
sació su hambre, poco a poco, con trozos de pan.
Él sanó, curó sus heridas,
les dió lo que no tenían,
siempre descanzo para que otros pudieran andar, ¡andar!
Un pastor entre los pobres,
creció entre sus voces,
creyó que el mundo, poco a poco, se podía cambiar.
Cuando no encuentres salida,
cuando no veas el día,
busca su luz, aunque haya miedo y oscuridad.
San, san, san, san Vicente,
san Vicente, san Vicente de Paúl.
Encontró la luz divina,
luchó contra la injusticia,
sació su hambre, poco a poco, con trozos de pan.
Él sanó, curó sus heridas,
les dió lo que no tenían,
siempre descanzo para que otros pudieran andar, ¡andar!
Un pastor entre los pobres,
creció entre sus voces,
creyó que el mundo, poco a poco, se podía cambiar.
Cuando no encuentres salida,
cuando no veas el día,
busca su luz, aunque haya miedo y oscuridad.
San, san, san, san Vicente,
san Vicente, san Vicente de Paúl.
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