En los jardines vaticanos hay una hermosa escultura de bronce de más de cinco metros de alto, que representa al arcángel san Miguel venciendo al demonio, que está tirado a sus pies. Se encuentra cerca del palacio de la gobernación. Es una recreación contemporánea de la escultura histórica que remata el cercano castillo de «Sant'Angelo».
Fue realizada por el artista Giuseppe Antonio Lomuscio y bendecida por el papa Francisco, acompañado por el papa emérito Benedicto, el 5 de julio del año 2013.
Con tal motivo, el papa explicó el significado del nombre «Miguel» y el lugar del arcángel en la historia de la salvación. Dijo así:
En los jardines vaticanos hay diversas obras artísticas; esta, que hoy se añade, asume, sin embargo, un lugar de especial relieve, tanto por la ubicación como por el significado que expresa. En efecto, no es solo una obra conmemorativa, sino una invitación a la reflexión y a la oración, que bien nos introduce en el año de la fe.
Miguel —que significa: «¿Quién es como Dios?»— es el modelo del primado de Dios, de su trascendencia y poder. Miguel lucha por restablecer la justicia divina; defiende al pueblo de Dios de sus enemigos y sobre todo del enemigo por excelencia, el diablo.
San Miguel vence porque es Dios quien actúa en él. Esta escultura nos recuerda que el mal ha sido vencido, el acusador ha sido desenmascarado, su cabeza, aplastada, porque la salvación se realizó de una vez para siempre en la sangre de Cristo.
Incluso si el diablo busca siempre rasguñar el rostro del arcángel y el rostro del hombre, Dios es más fuerte; su victoria y su salvación se ofrece a todo hombre.
En el camino y en las pruebas de la vida no estamos solos, estamos acompañados y sostenidos por los ángeles de Dios, que ofrecen, por decirlo así, sus alas para ayudarnos a superar tantos peligros, para poder volar alto respecto a las realidades que pueden hacer pesada nuestra vida o arrastrarnos hacia abajo.
Vista de la escultura con el pedestal. A los lados del mismo están los escudos del papa Benedicto y del papa Francisco. En la base está escrito en latín: «Año octavo del papa Benedicto y año primero del papa Francisco. Al arcángel Miguel, defensor del pueblo de Dios y patrón de la ciudad del Vaticano).
En la base de la escultura está la bola que representa el mundo y un escrito en latín, que dice: «Las puertas del infierno no prevalecerán».
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