Reflexiones diarias sobre argumentos de espiritualidad y vida carmelitana, con incursiones en el mundo del arte y de la cultura

jueves, 18 de agosto de 2022

18 de agosto. Beatos Juan Bautista, Miguel Luis y Santiago, o.c.d.


Los Padres Juan Bautista Duverneil, Miguel Luis Brulard y Santiago Gagnot, por diversos caminos, siguieron la llamada al carmelo descalzo en Francia. Su vida fue una generosa preparación para afrontar su futuro martirio. Por su fidelidad a Dios, a la Iglesia y al papa, fueron objeto de hostigamiento, condena y prisión durante la revolución francesa. 

Hacinados con otros muchos compañeros en un barco de los que entonces se usaban para la trata de esclavos, sufrieron toda clase de penalidades, privaciones e injurias. En esa situación ejercitaron con los demás prisioneros los actos más delicados de caridad. Agotados por los sufrimientos físicos y morales, consumaron su martirio en 1794. Fueron beatificados en 1995.

Oración colecta. Padre celestial, que la oración de tus mártires Juan Bautista, Miguel Luis y Santiago nos valga en tu presencia, y nos dé la fortaleza necesaria para confesar con firmeza tu verdad. Por nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo, que vive y reina contigo en la unidad del Espíritu Santo, por los siglos de los siglos. Amén.

Oración sobre las ofrendas. Te rogamos, Padre santo, al presentarte estas ofrendas en la fiesta de tus mártires Juan Bautista, Miguel Luis y Santiago, que así como les diste la claridad de la fe, nos otorgues a nosotros tu paz y tu perdón. Por Jesucristo, nuestro Señor. Amén.

Prefacio. El Señor esté con vosotros. Y con tu espíritu.

Levantemos el corazón. Lo tenemos levantado hacia el Señor.

Demos gracias al Señor, nuestro Dios. Es justo y necesario.

En verdad es justo y necesario, es nuestro deber y salvación darte gracias siempre y en todo lugar, Señor, Padre santo, Dios todopoderoso y eterno.

Porque la sangre de tus gloriosos mártires, los beatos Juan Bautista, Miguel Luis y Santiago, derramada, como la de Cristo, para confesar tu nombre, manifiesta las maravillas de tu poder; pues en su martirio, Señor, has sacado fuerza de lo débil, haciendo de la fragilidad tu propio testimonio; por Cristo, Señor nuestro.

Por eso, como los ángeles te cantan en el cielo, así nosotros en la tierra te aclamamos diciendo sin cesar: Santo, Santo, Santo...

Oración después de la comunión. Dios todopoderoso y eterno, guarda intacto tu don en nuestros corazones, y lo que de tu mano hemos recibido en la festividad de tus beatos Juan Bautista, Luis Miguel y Santiago, sea para nosotros penda de salvación y de paz. Por Jesucristo, nuestro Señor. Amén.

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