Reflexiones diarias sobre argumentos de espiritualidad y vida carmelitana, con incursiones en el mundo del arte y de la cultura

viernes, 12 de agosto de 2022

Estoy en el Desierto de las Palmas


Saludos desde el Desierto de las Palmas, cerca de Valencia, en una montaña junto al mar Mediterráneo, en un emplazamiento muy parecido al Monte Carmelo de Israel. De hecho, este convento está hermanado con el santuario Stela Maris de Haifa. Durante toda la semana he predicado ejercicios espirituales a los novicios, que profesarán el próximo día 15. 

El nombre de "desierto" hace referencia a un lugar aislado, dedicado a la oración. Y las palmas no se refieren a las palmeras, sino a los "palmitos" (Chamaerops humilis), que abundan en el paraje.

Entrada principal al monasterio, a la iglesia y al museo.

Interior de la iglesia, dedicada a la transverberación de santa Teresa de Jesús.

En el museo hay obras de orfebrería, pintura, escultura, tejidos bordados... y una interesante colección de iconos rusos.

Ermita de santa Teresa. Una de las muchas que salpican el paisaje. Está preparada para acoger a quienes quieren hacer experiencia de silencio y soledad.

Mientras que las ermitas constan de cuatro habitaciones (cocina, dormitorio, capilla y sala de trabajo, además de cuarto de baño), los "antros" solo tienen una estancia, son conmemorativos de algún santo y sirven para retiros de solo unas horas.

Capilla conmemorativa de santa Eufrosina, cerca de la entrada al monasterio. Es una de las más populares.

Hay varios caminos con capillitas que recogen las estaciones del Vía Crucis, los dolores y gozos de san José, los gozos y dolores de la Virgen, etc.

Los frailes no son los únicos habitantes del lugar. Los jabalíes son muy numerosos en la zona (y causan muchos destrozos).

También un tipo de tortugas endémicas de la zona, que son una especie protegida. En "la Bartola" tienen una reserva.

No faltan las juguetonas ardillas, aunque huyen en cuanto escuchan ruidos.

También hay muchos pajarillos de distintas especies, como este "roquero".

En la cima de la montaña está la cruz "del Bartolo", dominando todo el paisaje.

En el centro del valle se pueden ver las ruinas del monasterio primitivo.

Mirando desde la montaña, a la derecha se ve Castellón (esta es la imagen) y a la izquierda Benicasim.

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