La catedral de Roma se llama oficialmente "Basílica papal del Santísimo Salvador y de los santos Juanes, bautista y evangelista", pero es conocida normalmente como "San Juan de Letrán". Conserva un hermoso baptisterio exento. En la foto de arriba se aprecia su exterior, con la basílica detrás a la izquierda y la universidad lateranense detrás de los pinos a la derecha.
El actual edificio se construyó sobre un ninfeo circular preexistente, que se adaptó para uso cristiano en el siglo IV y tomó la forma octogonal que se mantiene hasta el presente en el siglo V. En los siglos posteriores fue enriquecido en varias ocasiones, añadiéndole nuevos espacios, pero conservando la estructura original en su parte central.
En el interior, hay ocho columnas de pórfido rojo, de época imperial, de seis metros y medio de altura cada una, que sostienen unos arquitrabes de mármol blanco, sobre los que se levantan otras columnas de mármol blanco que sujetan la cúpula.
Muchísimos edificios posteriores en todo el mundo copiaron el modelo y a lo largo de los siglos se construyeron capillas octogonales destinadas tanto a baptisterios (por el bautismo comenzamos la vida nueva en Cristo) y como a enterramientos (esperamos la resurrección, con la que entraremos definitivamente en la vida eterna).
Como los días de la semana son siete, el octavo día es el de la resurrección de Cristo, el de la nueva creación, el de la vida eterna, que comienza con el bautismo y llegará a plenitud en la resurrección. De ahí el simbolismo de la planta octogonal.
En el centro hay una urna de basalto, que en el s. IV fue un sepulcro de algún personaje importante, en el s. XVI se usó como pila de bautismo, más tarde fue la base del altar y hoy vuelve a utilizarse como pila bautismal.
El edificio actual tiene un atrio interno y varias capillas adosadas, todas llenas de tesoros artísticos. En este espacio se acumulan más de dos mil años de arte y de historia.
Ábside de la capilla de san Venancio, recubierto con preciosos mosaicos del del siglo VII.Muchísimos edificios posteriores en todo el mundo copiaron el modelo y a lo largo de los siglos se construyeron capillas octogonales destinadas tanto a baptisterios (por el bautismo comenzamos la vida nueva en Cristo) y como a enterramientos (esperamos la resurrección, con la que entraremos definitivamente en la vida eterna).
Como los días de la semana son siete, el octavo día es el de la resurrección de Cristo, el de la nueva creación, el de la vida eterna, que comienza con el bautismo y llegará a plenitud en la resurrección. De ahí el simbolismo de la planta octogonal.
En el centro hay una urna de basalto, que en el s. IV fue un sepulcro de algún personaje importante, en el s. XVI se usó como pila de bautismo, más tarde fue la base del altar y hoy vuelve a utilizarse como pila bautismal.
El edificio actual tiene un atrio interno y varias capillas adosadas, todas llenas de tesoros artísticos. En este espacio se acumulan más de dos mil años de arte y de historia.
La antigua entrada, que hoy queda de espaldas a la actual y da hacia la universidad lateranense. A los lados de la puerta hay dos enormes columnas de pórfido, de una sola pieza, de siete metros y medio de alto. En el "pronao" (el antiguo portal de acceso) hay a un lado una capilla en honor de los mártires Cipriano y Justina, con mosaicos del siglo V, y enfrente otra capilla en honor de las mártires Rufina y Segunda.
Esta es la de los mártires Cipriano y Justina, con mosaicos del siglo V y decoraciones barrocas del siglo XVII.
Según las descripciones antiguas, el interior del edificio era así al principio, y los primeros cristianos recibían el bautismo por inmersión en la piscina central. En el centro había una columna y sobre ella una escultura de oro de un cordero, que representaba a Jesús cuando fue bautizado en el río Jordán. Alrededor había siete grandes ciervos de plata.
Así podemos verlo hoy, con las columnas centrales que sujetan la cúpula. Las de abajo son de pórfido rojo y las de arriba son de mármol blanco.
La cúpula central, decorada con preciosos frescos y relieves. En el centro hay una paloma, que representa al Espíritu Santo.
La urna de basalto, que fue pila bautismal y después base de altar. Durante la Edad Media, quienes iban a ser armados caballeros, pasaban la noche orando en este espacio, al alba se bañaban en la urna central y después se dirigían a la basílica para la ceremonia.
En los últimos años se ha vuelto a colocar el remate de bronce y el antiguo sarcófago vuelve a usarse como pila de bautismo.
El precioso tabernáculo renacentista del siglo XV, en el que se conservan los santos óleos.
Los muros están decorados con escenas de la vida del emperador Constantino. Aquí se representa la visión que tuvo en el puente Milvio: Una cruz en el cielo, mientras escuchó una voz que decía "Con este signo vencerás".
Mosaicos bizantinos del s. V en la cúpula de una capilla lateral.
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