El salmo 51 [50] ha sido musicalizado por muchos autores a lo largo de los siglos. Una de las composiciones más famosas es la de Gregorio Allegri (1582 - 1652). En varios foros de internet, cuando se han hecho encuestas sobre la pieza más hermosa de la música clásica, la mayoría de los participantes votaron por esta.
La compuso en 1638 para ser interpretada en la Capilla Sixtina de Roma, durante las celebraciones papales de Cuaresma y Semana Santa.
Es una obra polifónica compleja, en la que intervienen dos coros, uno de cuatro voces y otro de cinco, que se van alternando.
Cuando se estrenó, causó tanta sensación, que todos querían tener una copia de la partitura, pero se prohibió hacer copias y ejecutar el canto fuera de la liturgia papal para la que fue compuesta.
El papa solo cedió a los requerimientos del rey de Portugal y del emperador del imperio Austro-húngaro, que pedían una copia de la partitura.
Sin embargo, cuando el canto fue interpretado en Viena, el emperador Leopoldo I de Austria pensó que había sido engañado, porque no sonaba como la del Vaticano.
El maestro de capilla del papa tuvo que viajar a Viena para explicar a los coros cómo debían interpretar el canto, ya que los llamados "abbellimenti" (improvisaciones que embellecen la interpretación) nunca eran escritos, sino que eran "trucos" que se reservaban los maestros de coro.
Se cuenta que en 1770, Mozart, que por entonces tenía 14 años, escuchó el canto en una ceremonia en Roma. Quedó tan impresionado que transcribió la partitura de memoria, incluyendo los "abbellimenti". Al saberlo, el papa lo nombró caballero de la "Orden de la espuela de oro" (una distinción nobiliaria de la época).
La versión más interpretada hoy es la transcripción que hizo Mendelssohn en 1831.
La de arriba es una versión breve de este canto (5 minutos). Aquí lo tienen entero (12 minutos):
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