La rosa de oro con la que abrimos esta entrada fue regalada el año 2009 por Benedicto XVI al santuario de la Virgen de la Cabeza de Jaén (España). Es la distinción más alta que otorgan los papas desde el año 1000, más o menos.
En Roma, era costumbre que el papa celebrara el domingo cuarto de Cuaresma misa estacional en la basílica de la «Santa Cruz de Jerusalén», donde se ofrecían flores a la reliquia de la Cruz.
Al menos desde el s. XI, la ofrenda consistió en una rosa de oro, ungida con crisma y perfumes. Se conservan varias descripciones del rito, así como homilías papales.
En una de ellas, el papa Inocencio III (de finales del s. XII) dice: «El día de hoy, todo el oficio está lleno de alegría. […] Lo vemos por las propiedades de esta flor, que ofrecemos a vuestra vista: amor en el color, agrado en el perfume y hartura en el gusto. Y es así que más que otras flores, la rosa alegra por su color, refresca por su perfume y fortalece por el gusto».
El papa ungía con crisma una rosa de oro en la misa del domingo de «Laetare» con un complicado ceremonial. Después, el domingo de «Gaudete» se la ofrecía a aquellos príncipes que se habían destacado en la defensa de la fe. Pongo uno de cada siglo:
- Fulk IV, conde de Anjou (en 1096).
- Alfonso VII, rey de Castilla y de Léon (el año 1148).
- Raimundo Orsini (en 1227).
- Luis I de Hungría (en 1348).
- Enrique VI de Inglaterra (en 1444).
- Juan Manuel, príncipe de Portugal (en 1550).
- María Luisa, reina de Polonia (en 1651).
- Francisco Loredán, dux de Venecia (en 1759).
- Isabel II, reina de España (en 1868).
- Carlota, gran duquesa de Luxemburgo (en 1956, la última entregada a personas individuales).
A partir de entonces, los papas la han ofrecido únicamente a algunos santuarios famosos, como Lourdes, Fátima, Guadalupe, Loreto o Aparecida. La última fue el año 2021 a la Virgen de los Dolores de Eslovaquia.
Se conservan varias de gran valor artístico e histórico en algunos museos. Al final de la entrada recojo algunas, para que las conozcan.
En distintas ocasiones he explicado que, como herencia de la antigua costumbre de consagrar la «rosa de oro» el día de «Laetare» (cuarto domingo de Cuaresma) y de regalarla a quien se había distinguido en la defensa de la fe el día de «Gaudete» (tercer domingo de Adviento), se pueden usar vestiduras rosas en lugar de moradas en las celebraciones litúrgicas de esos dos domingos.
El domingo de «Laetare» es llamado así por la antífona de entrada de la misa: «Festejen a Jerusalén, gocen con ella…». Lo mismo sucede con el domingo de Gaudete, cuya antífona de entrada comienza así: «Estén siempre alegres en el Señor...». Tanto «Laetare» como «Gaudete» significan «alégrense» o «gocen» en latín.
En ambos casos, los templos se adornan con flores, se entonan cantos festivos, acompañados de instrumentos y los ornamentos sacerdotales pueden ser de color rosado.
Esta se conserva en el santuario de Scherpenheuvel (Bélgica).
Esta fue entregada el año 1330 por Juan XXII al conde de Neuchâtel. Se conserva en el museo de Cluny (Francia).
Regalo del papa Pío IV en 1565 a la república de Lucca (hoy forma parte de Italia).
Esta fue regalada por León XII a la emperatriz Carolina Augusta y se conserva en el tesoro imperial de Viena (Austria).
Esta está en el santuario de Knock (Irlanda).
Esta fue diseñada por el gran artista barroco Bernini y donada en 1658 por el papa Alejandro VII a la catedral de Siena (Italia).
Esta fue regalada el año 1773 por el papa Clemente XIV a la reina María Carolina de Nápoles y Sicilia.
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