Reflexiones diarias sobre argumentos de espiritualidad y vida carmelitana, con incursiones en el mundo del arte y de la cultura

domingo, 2 de septiembre de 2018

La religión verdadera


Durante todo este año, normalmente leemos el evangelio según san Marcos en las misas de los domingos. Como solo tiene 16 capítulos y no da de sí para todo el año, las últimas semanas hemos leído textos tomados del evangelio según san Juan (en concreto el capítulo 6, el "discurso del pan de la vida"). Hoy volvemos a retomar la lectura de Marcos y la continuaremos hasta el final del año litúrgico.

La primera lectura y el evangelio nos invitan a no confundir los mandamientos de la ley de Dios (siempre actuales) con las tradiciones de los hombres (que pueden cambiar a lo largo del tiempo). 

Por su parte, la segunda lectura resume los diez mandamientos en una frase: "La religión pura e intachable a los ojos de Dios Padre es esta: visitar huérfanos y viudas en sus tribulaciones y no mancharse las manos con este mundo".

Los huérfanos, las viudas y los emigrantes son siempre en la Biblia el grupo de los más desfavorecidos. Ayudarles en la medida de nuestra posibilidad, tener compasión del hermano que sufre, compartir nuestras cosas y nuestro tiempo con los demás... esos son los mandamientos de la ley de Dios, lo primero que tenemos que cumplir, la religión verdadera. Todo lo demás es secundario.

Les invito a leer otras entradas en las que he hablado de la liturgia de este domingo:

- La ley de Dios y las tradiciones de los hombres. El evangelio de este domingo (el 22 del tiempo ordinario, "ciclo b") nos presenta una discusión entre los fariseos y Jesús. Aquellos le reprochan que él y sus discípulos no observan algunas tradiciones heredadas de sus mayores (en concreto, se ve que eran un poco "marranos" y no se lavaban las manos antes de comer). Jesús no condena las tradiciones, pero las coloca en su justo lugar. Él nos enseña que no nos salva el cumplimiento de las costumbres y tradiciones, por muy buenas que sean, sino la fe en Dios y el deseo de cumplir su voluntad (aunque no siempre lo consigamos)...

¿Qué es verdaderamente esencial en el cristianismo? El evangelio de hoy (tomado de san Marcos) y la primera lectura (del Deuteronomio) coinciden en advertirnos que los mandamientos de Dios tienen valor eterno, pero las leyes y tradiciones de los hombres (por muy buenas y sagradas que sean), no. Hay muchas tradiciones en la sociedad y en la Iglesia que pueden ser muy hermosas y gratificantes, pero siempre debemos preguntarnos: ¿están de acuerdo con las enseñanzas de Jesús?, ¿se sustentan en el evangelio?...

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