Reflexiones diarias sobre argumentos de espiritualidad y vida carmelitana, con incursiones en el mundo del arte y de la cultura

jueves, 29 de julio de 2021

Material sobre santa Marta


El 29 de julio se celebra la fiesta de santa Marta de Betania, de la que ya he hablado en varias ocasiones.

Pueden ver el contenido de las entradas haciendo un click sobre los títulos:

- Betania (El-Azariyeh), el pueblo de Lázaro, Marta y María. A tres kilómetros de Jerusalén se encuentra la ciudad de Betania, la ciudad donde vivían María, Marta y Lázaro, los amigos de Jesús. Allí se conserva una basílica en honor de los tres hermanos con restos de su casa y una tumba escavada en la roca que la tradición identifica como la tumba de Lázaro. Les pongo algunas fotos para que conozcan el lugar.

Santa Marta de Betania (29 de julio). En las cartas de san Pablo se hace referencia a distintas personas que acogían a las comunidades cristianas en sus casas y, de alguna manera, eran responsables de las mismas. Marta y María son anticipo y modelo de aquellas personas.

Conversación en casa de Lázaro, Marta y María. Dolores Aleixandre recrea la conversación de Pedro con otro discípulo de Jesús después de su aventura misionera y la respuesta de Jesús a sus discusiones: Nunca olvidaré aquella sobremesa en la que las palabras de Jesús sanaban nuestra secreta ambición de llenar nuestra vida de “obras” y nos convertía a todos, hombres y mujeres, en oyentes de su Palabra y poseedores de esa “mejor parte” que es la suerte de quienes la escuchan.

Santa Marta y el dragón (la "tarasca"). El "tarascón" o la "tarasca" (el dragón de santa Marta) fue un personaje muy popular en el folklore antiguo y lo encontramos presente en muchas representaciones artísticas como símbolo del mal, siendo parte integrante de muchas procesiones (especialmente el día del Corpus Christi) y fiestas populares hasta el presente. Veamos algunas fotos.

- Jesús y las mujeres. Jesús las trató como a seres humanos, respetándolas, acogiéndolas entre sus discípulos, enseñándoles, liberándolas. Hizo con ellas lo mismo que con los leprosos, los pecadores, los niños... en definitiva, con todos los débiles, los que no cuentan. En el evangelio no se idealiza a las mujeres, pero tampoco se las subordina a los varones. No hay distinción de personas a causa del sexo.

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