sábado, 29 de enero de 2022
De la admiración al rechazo: Los habitantes de Nazaret quisieron despeñar a Jesús
Impresiona escuchar en el evangelio del domingo 4 del Tiempo Ordinario, ciclo "c", que la gente pasó de la admiración al rechazo de Jesús. Mientras les dijo cosas bonitas, a todos les pareció bien. Cuando empezó a predicar lo que no querían escuchar, lo echaron de la sinagoga e intentaron despeñarlo por un precipicio.
En aquel tiempo, lo bonito fue la primera parte de la predicación de Jesús, que dijo: «Dios me ha enviado para anunciar el perdón, la misericordia y la salvación». Eso les pareció bien a todos.
El problema vino cuando dijo que eso servía para los judíos y también para los extranjeros, para los emigrantes sin papeles, para los que no cuentan. Y se atrevió a poner el ejemplo de algunos profetas del pasado, que realizaron signos en favor de los extranjeros. Entonces se enfurecieron e intentaron acabar con Jesús.
Me parece que las cosas no han cambiado mucho desde entonces.
A todos nos gusta que nos recuerden que Dios nos perdona, nos ama y tiene paciencia con nosotros.
Pero nos resulta más difícil cuando nos piden que nosotros también perdonemos, amemos y tengamos paciencia con los demás.
El caso es que en el evangelio no podemos separar una cosa de la otra: Jesús nos anuncia el amor de Dios hacia nosotros y nos pide que amemos a los demás; Jesús nos ofrece el perdón y nos pide que perdonemos; nos bendice y nos pide que seamos instrumento de bendición para todos. En definitiva, quiere que nos parezcamos a él.
Oremos al Señor pidiéndole un corazón que se parezca al suyo. Amén.
He explicado el evangelio de hoy con más detenimiento en esta entrada.
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