Al principio, el convento era muy reducido, solo para seis religiosos dedicados a atender espiritualmente a las monjas carmelitas descalzas y a la predicación y confesiones en la ciudad. Con el tiempo, se amplió algo el edificio, pero nunca fue muy grande.
Con la desamortización de 1835-1836, los frailes fueron expulsados y el convento confiscado por el estado y puesto a la venta. Allí se abrió un centro de estudios para niños. Los carmelitas pudieron volver a comprar su antiguo convento en 1938 y arreglarlo para volver a establecerse en él.
En esta foto puede verse el pequeño patio-jardín interior:
Este es el oratorio de la comunidad:
Simpática imagen de santa Teresa de Jesús, en la capilla de la comunidad:
Simpática imagen de san Juan de la Cruz, en la misma capilla:
Precioso lienzo napolitano del siglo XVIII, que representa a la Virgen de Belén:
Cuadro popular del siglo XVIII, que representa a san Alberto de Sicilia:
Biblioteca conventual:
Capilla para los grupos de oración:
Sala de conferencias:
La iglesia, a la que dedicaremos otra entrada, de modo que podamos conocer sus preciosos retablos:
En estos momentos la comunidad está compuesta por cinco religiosos.
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