Celebramos hoy, en una única fiesta, a todos los santos del Carmelo: una ingente multitud de ermitaños, monjas contemplativas, frailes, religiosas de vida activa, miembros de institutos seculares y laicos afiliados a la Orden del Carmen por distintos vínculos, que se han santificado en su propia vocación, dentro de esta gran familia.
Algunos han sido beatificados o canonizados y otros permanecen desconocidos para los hombres, pero vivos para Dios, en cuya presencia están. Todos ellos se hicieron el propósito de vivir en obsequio de Jesucristo, imitando a la Virgen María, según el espíritu de la Regla carmelitana.
Estos hermanos y hermanas, que nos han precedido en la familia del Carmelo, ya han alcanzado la meta que nosotros, un día, esperamos compartir. Mientras tanto, interceden por nosotros ante Dios y son un estímulo en nuestro camino de fe.
Oración colecta. Padre celestial, te pedimos que nos asistan con su protección la santísima Virgen María, nuestra Madre, y todos los santos de la familia del Carmelo, para que, imitando con fidelidad sus ejemplos, sirvamos generosamente a tu Iglesia con la oración y la vida apostólica. Por nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo, que vive y reina contigo en la unidad del Espíritu Santo, y es Dios por los siglos de los siglos. Amén.
Oración de los fieles. Aleccionados por el ejemplo de todos nuestros hermanos, los santos del Carmelo que hoy interceden por nosotros, elevemos nuestras súplicas por las necesidades de la Iglesia.
* Por los fieles de la Iglesia, para que se acreciente en ellos el espíritu de oración y de amor, que han recibido en el santo bautismo, roguemos al Señor. Te rogamos, óyenos.
* Por las personas de buena voluntad, para que no les falte nunca el pan cotidiano y el alimento de la Palabra de Dios, roguemos al Señor. Te rogamos, óyenos.
* Por la Orden del Carmen, que hoy contempla en sus hermanos del cielo un modelo cumplido de su vocación en la Iglesia, para que fiel a las mociones del Espíritu y al carisma de sus orígenes se renueve conforme a las exigencias de la Iglesia de hoy, roguemos al Señor. Te rogamos, óyenos.
*Por nosotros, que en la celebración eucarística somos asociados a la comunión de los santos, para que sigamos con generosidad sus ejemplos y lleguemos a la santidad que Dios nos ha señalado, roguemos al Señor. Te rogamos, óyenos.
- Escucha, Padre, nuestras plegarias por la intercesión de la Virgen María, modelo de santidad y madre de los carmelitas, y haz que siguiendo el ejemplo de los santos del Carmelo, dediquemos nuestras vidas a la extensión de tu Reino. Por Jesucristo, nuestro Señor. Amén.
Oración sobre las ofrendas. Padre santo, concédenos la gracia de conformar nuestra vida al sacrificio redentor que celebramos en la fiesta de todos los santos del Carmelo, para que seamos en el mundo testigos de tu presencia salvadora y experimentemos el gozo de la felicidad verdadera. Por Jesucristo, nuestro Señor. Amén.
Prefacio
El Señor esté con vosotros. Y con tu espíritu.
Levantemos el corazón. Lo tenemos levantado hacia el Señor.
Demos gracias al Señor, nuestro Dios. Es justo y necesario.
Te damos gracias, Padre santo, Dios todopoderoso y eterno, porque nos permites celebrar en una única fiesta a todos nuestros hermanos y hermanas que vivieron con fidelidad su vocación en el Carmelo y gozan ya de tu compañía en la Jerusalén del cielo.
Hacia ella caminamos unidos en la fe, en la esperanza y en el amor, animados por el ejemplo y la intercesión de todos los santos de nuestra familia religiosa. Por eso, unidos a ellos y a los ángeles, a una voz te alabamos y glorificamos, diciendo: Santo, santo, santo es el Señor, Dios del universo. Llenos están el cielo y la tierra de tu gloria. Hosanna en el cielo. Bendito el que viene en nombre del Señor. Hosanna en el cielo.
Oración después de la comunión. Dios bondadoso y eterno, nos has instruido con las palabras de Cristo, maestro y modelo de santidad, y nos has alimentado con su cuerpo, verdadero pan de vida; haz que imitando los ejemplos de los santos del Carmelo, sepamos contemplarte con él, y, como él, entreguemos la vida por amor de nuestros hermanos. Por Jesucristo, nuestro Señor. Amén.
Bendición solemne. Dios, gloria y felicidad de los santos, que os ha concedido celebrar hoy esta fiesta, os otorgue sus bendiciones abundantes. Amén.
Que por intercesión de los santos del Carmelo os veáis libres de todo mal, y, alentados por el ejemplo de su vida, perseveréis constantes en el servicio de Dios y de los hermanos. Amén.
Que Dios os conceda reuniros con los santos en la felicidad de su reino, donde la Iglesia contempla a sus hijos entre los moradores de la Jerusalén celeste. Amén.
Y la bendición de Dios todopoderoso, Padre, Hijo y Espíritu Santo, descienda sobre vosotros y os acompañe siempre. Amén.
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