domingo, 30 de noviembre de 2014
Domingo primero de Adviento: velad, vigilad, estad despiertos
El primer domingo de Adviento nos invita a "velar", a "vigilar", a "estar en vela". Velar es tener abiertos los ojos, no quedarse en lo superficial, en las apariencias, sino buscar la presencia escondida del Señor en nuestra vida, en los acontecimientos, en el mundo.
El Señor vendrá cuando menos nos lo esperemos. Pero no se trata solo de la venida final, sino que debemos estar atentos a su venida presente. Él está viniendo en cada momento.
Podemos hablar de una "triple" venida del Señor. El mismo que "vino" hace dos mil años, naciendo en la pobreza de Belén, y que "vendrá" al final de los tiempos lleno de gloria, "viene" continuamente a nuestras vidas con el deseo de darnos la salvación.
A nuestro alrededor vemos violencia, crisis, corrupción, escándalos, desánimo... Todo eso es verdad, pero no es toda la verdad.
En nuestras vidas también hay muchos signos de bendición: avances en la medicina, en los medios de comunicación, personas solidarias, servidores buenos del evangelio...
Tenemos que aprender a mirar con atención para descubrir la presencia del Señor y de su bendición en nuestras vidas, para percibir los signos de su llegada.
Y tenemos que colaborar con él para preparar la manifestación de su reino. Nuestra esperanza debe ser activa. Hasta que él llegue, nosotros somos sus colaboradores, responsables de suscitar esperanza en nuestros contemporáneos.
Deseo a todos los lectores del blog un feliz Adviento y una feliz Navidad. El Señor se haga presente en sus vidas con su poder salvador. Amén.
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