El fin de semana del 25 al 27 de febrero tuvo lugar en el Desierto de las Palmas, en el Carmelo benicense, un muy oportuno, fraterno, ameno y jugoso retiro sobre el discernimiento espiritual, sazonado de anécdotas. El retiro estuvo promovido por la Delegación de Enseñanza y Catequesis de la diócesis de Segorbe Castellón, a cargo del P. Eduardo Sanz o.c.d.
A continuación paso a dar algunos retazos de lo transmitido, basándome en los apuntes del padre Eduardo que más me han resonado, en algunos casos puedo hacer una resonancia un poco libre de lo estudiado, así que en lo que contenga de "heresis", no es atribuible al magisterio del P. Eduardo, sino a mi reflexión, todavía en construcción y con sus fallas.
1. Introducción
En la introducción vimos que la palabra griega “diákrisis” puede ser traducida como “prudencia” “discreción” o “discernimiento”. Consiste en la capacidad de distinguir las cosas buenas de las malas para tomar decisiones acertadas, pero no en abstracto, sino escogiendo lo conveniente en cada momento. Este es el mayor don de la humanidad: el ejercicio responsable de la libertad.
La libertad no hay que confundirla con la autonomía ni el libre albedrío. La auténtica libertad es la capacidad de autodominio y de tomar decisiones acordes a nuestro propio bien y realización personal, pero sobre todo la auténtica libertad es la de los hijos de Dios (Rom 8,2), la de los que viven en el plan de Dios.
“Nos nos amoldamos a este mundo sino transformaos por la renovación de la mente para que sepáis discernir cuál es la voluntad de Dios qué es lo bueno lo que agrada lo perfecto” (Rom 12,2).
Lo específico de los cristianos no es obedecer leyes, sino vivir según los deseos y sueños de Dios para nosotros. Me parece muy interesante educarnos y vivir el deseo de Dios. Lo importante no es la actividad, sino la actitud. El discernimiento nos descubre dónde obra el Espíritu Santo.
2. El discernimiento, argumento fundamental en las enseñanzas del papa Francisco
El discernimiento es un argumento fundamental en las enseñanzas del papa Francisco. En la web del Vaticano, a la entrada "discernimiento papa Francisco" aparecen 292 resultados. No podemos olvidar que el papa Francisco tiene una raíz jesuítica y los ejercicios de san Ignacio van encaminados al discernimiento.
Para san Ignacio, hay que encarnar los grandes principios las circunstancias lugar tiempo y personas. Es una idea similar a la de san Juan de la Cruz: el asunto no está en repetir lo que hizo Cristo en otro contexto, sino en lo que él haría en las circunstancias concretas que nos toca vivir a nosotros, esto sería el discernimiento.
La moral cristiana es vivir como hijos de Dios. Es una moral de libertad y no un código de comportamiento.
Hemos trabajado tres documentos del papa Francisco:
Discurso a la Congregación de la Doctrina de la Fe del 21 de enero de 2022. El discernimiento va a ser algo muy necesario en el itinerario sinodal. El discernimiento sinodal es escuchar a todos, pero luego hay que discernir a la luz de Dios. No se trata de hacer una encuesta y luego dar resultados.
El segundo documento es una entrevista de Antonio Spadaro al papa Francisco el 19 de agosto de 2013. Preguntado el papa: "¿Qué aspecto de la espiritualidad ignaciana le ayuda a vivir más su ministerio?" Contesta que el discernimiento. El discernimiento se realiza siempre en presencia del Señor, sin perder de vista los signos, escuchando lo que sucede, el sentir de la gente, sobre todo a los pobres.
El tercer documento es un discurso a los obispos ordenados durante el año 2017. Aquí se dice que el protagonista de todo discernimiento es el Espíritu Santo que, como una brújula, ofrece los criterios para distinguir para sí mismo y para los demás el tiempo de Dios y de su gracia. El obispo no puede dar por descontado la posesión de un don tan alto y trascendente, como si se tratara de un derecho adquirido es necesario implorar constantemente el Espíritu Santo. El discernimiento del obispo es siempre una acción comunitaria. Discernir significa humildad y obediencia. El discernimiento es un remedio contra la inmovilidad, es un proceso creativo: hay que sacar lo nuevo y lo viejo (Mt 13,52).
3. Discernir el tiempo "Chronos" y "Kairós"
Siguiendo con el tema del discernimiento, es interesante la propuesta del Eclesiastés: "Hay un tiempo para cada cosa, tiempo de nacer tiempo de morir tiempo de arrancar y tiempo de plantar" (Ecle 3,1).
Los cristianos tenemos que distinguir entre el tiempo que los griegos llaman "Chronos" y el tiempo de gracia o "kairós". Es necesario organizar el tiempo, ya que en la vida hay muchas cosas importantes y necesarias, y pocas imprescindibles. Es necesario un equilibrio para ocuparnos de prioridades sin olvidar lo secundario. San Juan de la Cruz y santa Teresa nos enseñan a organizar el tiempo, nos hablan de cómo las dificultades y los problemas de la vida no deben ser absolutizados.
El discernimiento nos ayuda a conservar la paz en medio de la tormenta y no hacer mudanza en tiempo de tribulación (san Ignacio 5º regla). Si no hay paz no se pueden tomar decisiones. Cuando tomemos una decisión, "hay que actuar como actuaría Cristo si tuviera mi edad ni condición y se encontrarán las circunstancias a las que yo me encuentro", tal como enseña san Juan de la Cruz
4. Estudio del salmo primero
En el salmo 1, Dios habla al hombre, proponiéndole un programa de vida. En el último salmo, el 150, el hombre responde a Dios, dándole gracias.
Nos explica el P. Eduardo que el salmo primero comienza con la primera letra del alfabeto hebreo ("aleph") y termina con la última letra del alfabeto ("tab"). Es como si nos dijera todo lo que es necesario saber de la A a la Z. El Apocalipsis nos presenta a Jesús como el Alfa y la Omega. Es el mismo procedimiento literario: identifica a Cristo con el principio y el fin.
En el salmo se presentan dos imágenes potentes: los dos caminos y el árbol y la paja.
Dios quiere que el hombre sea feliz, pero respeta nuestra libertad. El hombre decide cuál camino elegir y que árbol ser.
Las primeras palabras del salmo sapiencial comienzan exhortando: "Dichoso" ("asherei", ''makarios") el hombre que no escucha el consejo de los malvados ni se entretiene el camino de los pecadores ni se sienta en la reunión de los necios. Los tres verbos indican los peligros que hay que evitar para no acabar realizando el mal que empieza en la escucha.
Tenemos una invitación a buscar en la Biblia "makarismos", consejos para ser felices. En muchos pasajes de la Escritura se nos explica que la única forma de alcanzar la felicidad y ser "makario" consiste en seguir los caminos del Señor, escuchando su palabra y estudiando su ley (Dt 6,1; Ez 20,11). El mejor ejemplo para los cristianos es la Virgen María, que conservaba todas las cosas, meditándolas en su corazón (Lc 2,19).
La segunda imagen que desarrolla el salmo es la del árbol robusto y fecundo, “felix”, afortunado, de la misma raíz que fértil frente a la paja que no tiene consistencia ni utilidad.
El hombre árbol significa un hombre con raíces profundas, que comprende el sentido de las cosas, libremente se vincula a la verdad y a la vida de Dios. Los malvados, sin embargo, son como paja que se lleva el viento, como el “tamo”, que es la paja pequeña, que después de la trilla se la lleva el viento al aventar el grano.
El que elige el camino de la impiedad se condena a sí mismo porque se aleja del manantial de la vida, que es Dios.
Luego se nos invita a hacer una relectura cristiana del salmo. No es casualidad que el Sermón de la Montaña comience con la misma palabra: bienaventurados, dichosos ( Mt 5).
El camino y el árbol se complementan. El camino nos habla del esfuerzo de salir de nosotros mismos y nuestras seguridades para entrar en los caminos de Dios. El árbol nos recuerda la necesidad de conservar la identidad y las raíces. Es que somos herederos de una rica tradición y hay que compaginar ambos, lo cual es un reto difícil.
Siguiendo las enseñanzas de Jesús, los cristianos deben parecerse a la persona sabia, que saca del arcón lo nuevo y lo antiguo, según la necesidad de cada momento (Mt 13,52). Esto sería el discernimiento.
5. Ideas finales en torno a lo esencial: Cristo, el evangelio, las bienaventuranzas
La enseñanza sobre el discernimiento han continuado con las bienaventuranzas como camino seguro para ser felices.
La esencia del cristianismo no consiste en saber de memoria unas verdades, sino en relacionarse con Dios, no creemos en algo, sino en Alguien.
Hemos terminado nuestra reflexión hablando sobre lo esencial del cristianismo: el kerigma, reconocer como hace Pedro en el centro del evangelio (Mc 8 29) que Jesús es el mesías, el que va a morir y resucitar por nosotros.
San Juan de la Cruz nos dice que Dios solo busca nuestro bien. La traducción de la palabra YHWH no es propiamente "yo soy" sino "aquel que es para el hombre", que incluso se sujeta a este: "Yo soy tuyo y para ti" (Llama de amor viva.)
6. Mi conclusión del retiro sobre discernimiento
“Los hombres hemos aprendido a volar como los pájaros, hemos aprendido a nadar por las profundidades del mar como los peces, pero no hemos aprendido el noble arte de vivir como hermanos” (Martin Luther King).
En medio de estos tiempos de pandemia, de guerra (no solo en Ucrania, sino en tantos países de África y Asia), en medio de un individualismo autorreferencial, un relativismo absurdo, un hedonismo exacerbado, en medio de una Iglesia que parece se hace pequeña y se debilita, estamos llamados a buscar el rastro de Dios.
Jesucristo es el modelo de hombre. Él es el Camino, la Verdad y la Vida (Juan 14,6). Necesitamos siempre mirar al que está con nosotros ayer, hoy y siempre (Hb 13,8). El camino de Dios es el camino del hombre, lo que hacemos con los más pequeños lo hacemos con el mismo Jesús (Mt 25).
Estamos llamados a discernir continuamente, a olisquear como los perrillos, dónde está la huella de Dios, lo que Jesús haría en este momento. Esto es una llamada siempre a la conversión. No es un acontecimiento que se da una vez para siempre, sino que es un camino que dura toda la vida.
Doy gracias a Dios por este retiro y la sabiduría del P. Eduardo, que nos ha terminado hablando de las luces y las sombras de este tiempo en la Iglesia. Yo añado un cita de Blas Pascal: "En la fe hay suficiente luz para aquellos que quieren creer y suficientes sombras para cegar a los que no". Ya lo dice Jesús: "El que tenga oídos para oír que oiga" (Mc 4,12).
Tenemos que estar atentos a los signos de los tiempos. Siguiendo una reflexión de Benedicto XVI: "De la crisis de hoy surgirá una iglesia que habrá perdido mucho, pero que encontrará de nuevo lo esencial": el Kerigma y la fe trinitaria y esto nos levanta hasta el infinito.
Karl Rahner: “El cristiano del siglo XXI, será místico o no será”. Pero no basta con la experiencia “pathos”, también necesitamos una sólida formación “logos”, y un buen discernimiento, una buena intuición de Dios “fanos”.
Este encuentro me ha descentrado para volver a centrarme en lo esencial, como siempre lo han hecho los frailes de este Desierto cuando se retiraban a los antros que circundan todo este Carmelo. Me hace “credere” y “cor- dare”: dar el corazón a Dios y los hermanos y creer: “taaminu”, raíz hebrea mn, de la que proviene la palabra amén, y significa aquello sólido y estable, como el regazo de la Madre y el pecho Cristo sobre el que recostaba Juan.
Alabado sea Jesús. Fernando de Susana, "profe de Reli".
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