Es uno de los paseos más cantados por los poetas a lo largo del tiempo, por su belleza singular. Hoy solo recojo el famoso poema de Gerardo Diego, como preparación.
Río Duero, río Duero,
nadie a acompañarte baja;
nadie se detiene a oír
tu eterna estrofa de agua.
Indiferente o cobarde,
la ciudad vuelve la espalda.
No quiere ver en tu espejo
su muralla desdentada.
Tú, viejo Duero, sonríes
entre tus barbas de plata,
moliendo con tus romances
las cosechas mal logradas.
Y entre los santos de piedra
y los álamos de magia
pasas llevando en tus ondas
palabras de amor, palabras.
Quién pudiera como tú,
a la vez quieto y en marcha,
cantar siempre el mismo verso
pero con distinta agua.
Río Duero, río Duero,
nadie a estar contigo baja,
ya nadie quiere atender
tu eterna estrofa olvidada,
sino los enamorados
que preguntan por sus almas
y siembran en tus espumas
palabras de amor, palabras.
Recorreremos este paseo en nuestro viaje por distintas ciudades patrimonio de la humanidad de España y Portugal, que realizaremos en los meses de julio y agosto. Tienen toda la información sobre el viaje en este enlace:
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