Se hace en todas las plazas de los pueblos y ciudades, pero especialmente en la "Puerta del Sol" de Madrid y las televisiones lo retransmiten en directo.
Esta canción de Nacho Cano, que popularizó con su grupo "Mecano" hace más de treinta años, se utilizó en la Nochevieja del año pasado para hacer un homenaje a las víctimas de la pandemia y a cuantos trabajaron al servicio de la comunidad durante el confinamiento.
Como primero suenan cuatro campanadas (los cuartos), mucha gente se confunde y empieza a comer las uvas antes de tiempo. Por eso, la canción dice que la quinta (campanada) es la una y la sexta (campanada) es la dos, etc.
Siempre hay algunos nuevos, ya que los niños se incorporan cuando van creciendo, pero también siempre hay algunos que han fallecido y los echamos de menos en fechas tan especiales, cuando hacemos balance de lo vivido en el año que termina.
En la Puerta del Sol, como el año que fue,
otra vez el champán y las uvas
y el alquitrán de alfombra están.
Los petardos que borran sonidos de ayer
y acaloran el ánimo para aceptar
que ya pasó uno más.
Y en el reloj de antaño, como de año en año,
-cinco minutos más para la cuenta atrás-
hacemos el balance de lo bueno y malo,
cinco minutos antes de la cuenta atrás.
Marineros, soldados, solteros, casados,
amantes, andantes y alguno que otro
cura despistao.
Entre gritos y pitos,
En la Puerta del Sol, como el año que fue,
otra vez el champán y las uvas
y el alquitrán de alfombra están.
Los petardos que borran sonidos de ayer
y acaloran el ánimo para aceptar
que ya pasó uno más.
Y en el reloj de antaño, como de año en año,
-cinco minutos más para la cuenta atrás-
hacemos el balance de lo bueno y malo,
cinco minutos antes de la cuenta atrás.
Marineros, soldados, solteros, casados,
amantes, andantes y alguno que otro
cura despistao.
Entre gritos y pitos,
los españolitos,
enormes, bajitos,
enormes, bajitos,
hacemos por una vez algo a la vez.
Y aunque para las uvas hay algunos nuevos,
a los que ya no están echaremos de menos.
Y a ver si espabilamos los que estamos vivos
y en el año que viene nos reímos.
Uno, dos, tres y cuatro y empieza otra vez,
que la quinta es la una y la sexta es la dos
y así el siete es tres.
Y decimos adiós y pedimos a Dios
que en el año que viene
a ver si en vez de un millón
pueden ser dos.
En la Puerta del Sol, como el año que fue,
otra vez el champán y las uvas
y el alquitrán de alfombra están.
Y en el reloj de antaño, como de año en año,
-cinco minutos más para la cuenta atrás-
hacemos el balance de lo bueno y malo,
cinco minutos antes de la cuenta atrás.
Y aunque para las uvas hay algunos nuevos,
a los que ya no están echaremos de menos.
Y a ver si espabilamos los que estamos vivos
y en el año que viene nos reímos.
Uno, dos, tres y cuatro y empieza otra vez,
que la quinta es la una y la sexta es la dos
y así el siete es tres.
Y decimos adiós y pedimos a Dios
que en el año que viene
a ver si en vez de un millón
pueden ser dos.
En la Puerta del Sol, como el año que fue,
otra vez el champán y las uvas
y el alquitrán de alfombra están.
SI EL VÍDEO NO SE ABRE EN LA ENTRADA, PUEDEN ENCONTRARLO EN ESTE ENLACE:
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