martes, 14 de julio de 2020
Los carmelitas: historia, identidad y vida
Tal como hemos recordado muchas veces en este blog, julio es el mes del Carmelo por excelencia. Del 7 al 15 celebramos la novena en honor de la Virgen del Carmen y el día 16, su fiesta. Además, durante el mes de julio muchas otras celebraciones de la familia carmelitana.
Para vivir con intensidad este mes carmelitano y la fiesta de la Virgen María, madre y hermosura del Carmelo, les invito a repasar algunas entradas que ya hemos dedicado a hablar de la historia y la vida de los y las carmelitas.
- La familia carmelitana. La gran familia del Carmelo está formada por frailes, monjas contemplativas, religiosas de vida activa, miembros de institutos seculares y grupos con otras formas de consagración, miembros del Carmelo seglar y laicos asociados a la Orden por distintos vínculos (cofradías, ONGs, etc.)...
- Los Carmelitas o. carm. En nuestros días, los carmelitas son unos 1.800 frailes, unas 800 monjas, 17 congregaciones de religiosas afiliadas y varios grupos laicales, entre los que destaca la Orden Tercera. Los Carmelitas, conscientes de su pertenencia a la Iglesia y a la historia, viven en una fraternidad abierta a Dios y al hombre, capaces de escuchar y dar respuesta auténtica de vida evangélica en base a su propio carisma y se empeñan en la construcción del Reino de Dios dondequiera se encuentren. De hecho, ellos están comprometidos con la evangelización en las casas de oración, en los centros de retiros espirituales, en las parroquias, en los santuarios marianos, en las escuelas y colegios, en las asociaciones religiosas; y con la Justicia y Paz en aquellos ambientes donde la dignidad humana todavía es pisoteada, entre los pobres, los marginados, los que sufren...
- Los carmelitas descalzos en el mundo. En estos momentos, los frailes carmelitas descalzos estamos presentes en 87 países y somos algo más de 4.000: 1.484 en Europa, 1.316 en Asia, 544 en América Latina, 176 en América del Norte, 473 en África y 57 en Medio Oriente...
- Historia del Carmelo Teresiano. El padre Pedro Ortega, carmelita descalzo, actual superior de la comunidad de Soria, ha escrito un manual de historia de la Orden que ya va por la tercera edición. Es un libro de fácil lectura, bastante completo, en el que repasa la historia de nuestra familia religiosa desde sus orígenes hasta el presente a lo largo de sus 495 páginas. El libro tiene siete partes y un apéndice...
- Figuras del Carmelo. Este libro intenta recoger una visión panorámica de figuras del Carmelo Teresiano, en concreto son 180 carmelitas descalzos que a lo largo de la historia han formado parte de esta Orden fundada por santa Teresa de Jesús con la ayuda de san Juan de la Cruz. No están todos los que son, pues se ha tenido que hacer una selección procurando la universalidad. Son frailes y monjas ya fallecidos que van entremezclados, por orden cronológico, pues ellos y ellas forman una única Orden y una misma familia: El Carmelo descalzo o teresiano...
- El carisma del Carmelo. La Orden del Carmelo surgió en un tiempo y lugar determinados, con unos ideales concretos y unos elementos configuradores del carisma, que se plasmaron en la Regla de san Alberto y después se desarrollaron y enriquecieron a través de los siglos con la vivencia de los Carmelitas (frailes, monjas y seglares). En concreto, podemos subrayar cuatro elementos fundamentales del carisma carmelitano en sus orígenes. Podemos decir que son los elementos comunes a toda la familia carmelitana. Después cada rama de la misma tiene sus peculiaridades que lo enriquecen: 1- La fuerte dimensión contemplativa. 2- La vida en obsequio de Jesucristo. 3- La dimensión mariana. 4- La misión al servicio de la Iglesia.
- El carisma del Carmelo descalzo. Santa Teresa era Carmelita y asumió los valores esenciales de la Orden, enriqueciéndolos con otros que en su momento eran nuevos, provenientes de su particular experiencia de Dios y de las intuiciones que él le inspiró. Podemos subrayar seis valores esenciales: 1- La dimensión afectiva de la oración. 2- La vivencia de una sencilla fraternidad. 3- El cultivo de las virtudes humanas y sociales. 4- El interés por la formación humana y teológica. 5- La «esencialidad» de vida. 6- La pasión por la Iglesia.
- Identidad y misión de los carmelitas descalzos en nuestros días. Los carmelitas descalzos de Cracovia en Polonia me han hecho una entrevista para una revista que ellos editan en polaco. Yo les he respondido en español y ellos se encargan de la traducción. Les comparto las respuestas que he dado a sus preguntas.
- Un día cualquiera en la vida de un fraile. Alternando momentos de oración, de trabajo, de estudio, de apostolado y de descanso, se van sucediendo las jornadas, procurando vivir siempre "en obsequio de Jesucristo" y buscando revestirnos de sus sentimientos.
- La vida de las carmelitas descalzas. En la época del santa Teresa, la autenticidad de la vivencia religiosa se medía por la capacidad de renuncia y sufrimiento. En las vidas de los santos se leían sus penitencias, sus ayunos y sus sacrificios. Ella había querido imitarlos con fatales consecuencias para su salud. Ahora, desde su experiencia personal, escribe que «en la vida de los santos, hay cosas para admirar y cosas para imitar». Sus penitencias entran en la categoría de lo admirable, sus virtudes en la de lo imitable. En S. José se insistirá en la práctica de las virtudes, en la identificación con Cristo y con sus sentimientos, en la unión amorosa con él. La austeridad y la ascesis se harán con moderación y suavidad, «apretando más en las virtudes que en el rigor, que este es nuestro estilo»...
- La estética carmelitana. En S. José de Ávila surgió una «estética» teresiana, una manera de mirar el mundo y de representarlo. Santa Teresa proviene de la Encarnación, monasterio construido en las afueras de la ciudad con numerosas dependencias en torno a un claustro monumental, con una Iglesia capaz de albergar a muchos feligreses y con varios edificios alrededor del núcleo central para acoger a los capellanes, la servidumbre, los pajares, los animales de labranza... S. José será distinto: surgirá como una casa más en medio de un barrio bullicioso. La capilla será una habitación pequeña y recogida, como un nuevo «portalico de Belén», dirá ella. Por supuesto que no necesitan torre, sino que les basta con una campanilla colgada del muro, para llamar a la oración...
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