Les propongo un precioso soneto de Pedro Calderón de la Barca en honor de la Virgen del Carmen, tomado de su auto sacramental "La primera flor del Carmelo".
María es la flor que Dios ha plantado en el monte Carmelo, embelleciéndola con la hermosura de las estrellas y de las flores, vistiéndola de sol, coronándola de estrellas.
Aparentemente es débil, ya que es humilde, reconociendo su pequeñez (postrada, arrodillada con el rostro en tierra), pero es Dios mismo quien la embellece y reviste de luz y de gloria.
Verdaderamente, el Poderoso ha hecho obras grandes en su favor y ella le ha dejado hacer, por eso la felicitamos todas las generaciones y damos gracias a Dios por la preciosa obra que ha realizado en ella.
¿Quién eres tú, mujer, que, aunque rendida
al parecer, al parecer postrada,
no estás sino en los cielos ensalzada,
no estás sino en la tierra preferida?
Pero, ¿Qué mucho, si del sol vestida,
qué mucho, si de estrellas coronada,
vienes de tantas luces ilustrada,
vienes de tantos rayos guarnecida?
Cielo y tierra parece que, a primores,
se compitieron con igual desvelo,
mezcladas sus estrellas y sus flores;
para que en ti tuviesen tierra y cielo,
con no sé qué lejanos resplandores
de flor del Sol plantada en el Carmelo.
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